Isaac Romero y Adriá Pedrosa se machacan en el gimnasio para volver
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Isaac Romero está prácticamente descartado
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Adriá Pedrosa es duda
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Erik Lamela dice adiós a la temporada
La goleada del Sevilla ante el Granada de este domingo en el Sánchez-Pizjuán fue un bálsamo para la entidad sevillista. El equipo selló de forma matemática la permanencia y afrontará este final de temporada sin la presión sobrevolando Nervión. A falta de cuatro partidos, son varios los jugadores que los tendrán que ver desde la grada por estar inmersos en procesos de recuperación de sus respectivas lesiones. Pero hay dos que no se lo quieren perder, aunque su participación sea complicada. Isaac Romero y Adriá Pedrosa ya trabajan en el gimnasio.
El sacrificio de Isaac Romero y Adriá Pedrosa
Aún con la felicidad en el cuerpo que proporciona una goleada ante tu afición, una serie de jugadores han decidido pasar página para mirar al futuro con optimismo. Dodi Lukebakio ha entrenado sobre el césped tras volver a ver portería con un gol sublime por la escuadra. Mientras, en el gimnasio trabajaban dos hombres con el firme propósito de vaciar la enfermería sevillista lo antes posible.
Isaac Romero y Adriá Pedrosa se han machacado este lunes en el gimnasio de la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios. El lateral catalán sufrió una lesión miotendinosa en el recto anterior del cuádriceps de la pierna derecha en la semana previa al partido ante el Mallorca. De eso hace ya algo más de dos semanas. Sin fecha fijada para su vuelta, el canterano del Espanyol podría apurar su recuperación para jugar alguno de los cuatro partidos que quedan para el final de temporada.
El caso de Isaac Romero es más complicado. El delantero lebrijano tuvo que abandonar el partido ante el Betis entre lágrimas y con claros gestos de dolor. Las pruebas revelaron que sufría una lesión miotendinosa de grado II-III de isquiotibiales en el muslo derecho. El plazo estimado de recuperación está entre las seis y ocho semanas, por lo que su vuelta parece prácticamente descartada; sin embargo, el canterano no cesa en su empeño de reaparecer con la mayor rapidez.