Villarreal y Sevilla FC disputan este sábado en La Cerámica un partido en el que los dos equipos llegan con la salvación certificada y prácticamente sin opciones de pelear por nada más en lo que resta de temporada. No obstante, ambos sí que apuran sus opciones por objetivos muy particulares. Los de Marcelino agotan sus opciones de entrar en Europa. Una derrota les dejaría sin opciones incluso matemáticas si gana el Real Betis el domingo. Por el contrario, los de Quique Sánchez Flores buscan aprovechar la primera oportunidad real de meterse entre los diez primeros.
El Villarreal necesita un milagro para alcanzar la séptima plaza, ya que deberían intentar ganar todos los partidos que le quedan y esperar a varios errores de sus rivales, mientras que el Sevilla llega ya con la salvación lograda, dejando atrás un año de complicaciones muy parecido al de los amarillos.
El Sevilla viaja a Villarreal en el mejor momento de la temporada, en el que acumula cinco partidos sin perder, con un empate y cuatro victorias, la última de éstas el pasado domingo en el Sánchez-Pizjuán ante el Granada (3-0), lo que sirvió para asegurar la permanencia matemática en la categoría a falta de cuatro jornadas para que concluya el campeonato.
El entrenador del Sevilla, Quique Sánchez Flores, el tercero del curso tras las destituciones de José Luis Mendilibar y del uruguayo Diego Alonso, ha comentado en las últimas semanas que es el momento de que los jugadores se liberen de la presión que tenían y que den sobre el terreno todo el fútbol que tienen.
Con esa idea se plantea el partido en el estadio de La Cerámica, aunque, una vez cerrado el imprevisto objetivo de la permanencia, también se habla mucho ya de la planificación de la próxima temporada, la confección de la nueva plantilla y si el técnico madrileño seguirá al frente de ella.
Y es que para el entrenador aún hay mucho en juego. Si queda entre los diez primeros, su renovación podría efectuarse de manera matemática. Una posición de privilegio a la que aspira este mismo fin de semana. Los números son claros. El Sevilla FC necesitaría ganar, que el Getafe perdiese en Cádiz, que se juega la vida, y que el Alavés no le gane al Girona este viernes. Una carambola que ni mucho menos es difícil y que situaría a los de Quique Sánchez Flores entre los diez mejores de la clasificación. Una tesitura que dista mucho del amargor de semanas atrás.