¿Qué le queda a Sergio Ramos por hacer en su carrera futbolística? Esa es una de las grandes preguntas existentes alrededor del zaguero de Camas, futbolista campeón de la Champions League, en repetidas ocasiones, del Mundial con la selección, capitán del Real Madrid durante muchos años, e incluso jugador que volvió a su casa para intentar olvidar todo lo vivido hace ya más de una década. Una de ellas, posiblemente, sería jugar en la MLS, en Estados Unidos, y la otra, posiblemente, sería ser el capitán general, el líder absoluto, de la regeneración del equipo de toda su vida... además de ganar un título con ellos, algo que, eso sí, parece mucho más complicado.
Todo ello llega tras conocer que su compañero, uno de sus mejores amigos -Jesús Navas- abandonará el Sevilla. Hasta ahora, el lateral de Los Palacios, por méritos (más que méritos) propios, era el primer capitán nervionense y junto a él, tras la marcha de Rakitic y Fernando, aparecía Sergio Ramos.
El orden de los brazaletes, eso sí, no tenía mucho valor en el vestuario, ya que tanto Navas como Ramos, cada uno a su manera, lideraban al equipo de igual manera. El propio Quique Sánchez Flores lo reconocía y cualquier compañero que fuese cuestionado sobre ello lo decía.
La historia, sin embargo, cambiará el próximo curso. Jesús Navas no estará, el brazalete buscará nuevo dueño y, algo que es más importante, el vestuario necesitará un nuevo líder absoluto.
La situación no es nueva para Sergio Ramos. El central de Camas se convirtió en el primer capitán del Real Madrid en la temporada 2015/16, justo el curso en el que Iker Casillas abandonaría el Santiago Bernabéu.
Se marchó una leyenda blanca y recogió el testigo un Sergio Ramos, por entonces, mucho más inexperto, con muchas menos guerras, que el actual. Miedo, lo que se dice miedo, no le daría ser el líder absoluto del vestuario.
Es este reto, el de guiar a los jóvenes canteranos, el de enseñar lo que significa el Sevilla y en el de ser el capitán que levante al conjunto blanquirrojo de su mal momento, es una de las principales motivaciones del central para seguir el próximo año. Le habría encantado hacerlo con su hermano Jesús Navas, pero ahora le tocará hacerlo solo.
En este sentido, lo lógico es que si Sergio Ramos sigue, y ellos también, Lucas Ocampos y Nemanja Gudelj sean el segundo y tercer capitán respectivamente. Los dos ya han actuado en dicha situación cuando ha sido necesario y el próximo año, tras la revolución de la plantilla, pasarían a ser oficialmente líderes.
El cuarto puesto quedaría libre, aunque teniendo en cuenta las salidas esperadas, los movimientos de llegada y la nueva filosofía blanquirroja, nombres como los de Kike Salas, Juanlu e incluso Loic Badé podrían ocupar ese último lugar en la lista de capitanes del Sevilla para la próxima temporada.
Ramos ya sabe en el equipo que jugara la próxima temporada y no está en Sevilla.