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Isaac Romero y Diego Llorente ejemplifican el lío que se viene: otro año de ‘show’ con las manos en el área

Las manos de Diego Llorente e Isaac Romero en la jornada 4 de LaLiga.

Llevamos cuatro jornadas de LaLiga y no hace falta mucho más para decir que estamos viviendo un déjà vu. Uno más, porque son ya varios cursos con el mismo runrún en un tipo de jugada muy concreta: el penalti por manos. Sobre el papel, todo parece claro. Es cuando la pelota echa a andar cuando vienen los problemas. Lo hemos visto esta jornada en dos jugadas casi idénticas que se han saldado con criterio dispar. La de Isaac Romero en el Sevilla – Girona y la de Diego Llorente en el Real Madrid – Betis.

Se nos ha dicho que tocar el balón  con la mano no será penalti cuando ésta ocupe un espacio natural. Ya el término es ambiguo. Antinatural sería estar yo en el campo y mi mano izquierda en la taquilla del vestuario. Para explicarlo, hay una ley no escrita que habla de manos abajo o manos arriba –no, esto no es un atraco, sólo una irritante falta de criterio-. Pues bien, la de Diego Llorente en el estadio Santiago Bernabéu es clara, está abajo, no hay intención ninguna del jugador de desplegarla y no puede cortársela para evitar el contacto con la pelota: no hay penalti. Y es una suerte que el fútbol haya llegado al consenso en este tipo de jugadas ya que de otro modo estaríamos media vida en el punto de pena máxima.

Si la de Diego Llorente no es penalti: ¿por qué sí la de Isaac Romero?

Entonces, ¿por qué se pita la de Isaac Romero? El delantero sevillista se revuelve para tapar el centro, da la espalda al balón y en pleno giro en el aire aparecen sus manos en la trayectoria del balón con la mala fortuna de tocarlo. Ni la mano está en una posición elevada ni hay un gesto evidente del jugador que muestre intención de desplegarla para cortar el centro. De hecho, la cámara reversa que se muestra en la revisión del VAR deja claro que el futbolista gira la cabeza antes incluso de producirse el centro, lo que le impide ver la trayectoria de la pelota. Por último, insistimos, la posición de la mano: igual que la de Diego Llorente en el posible penalti no pitado al Betis, una mano que apenas supera la altura de la cintura y que, siendo cierto que está despegada del cuerpo, lo está apenas por unos centímetros.

Las manos de Diego Llorente e Isaac Romero en la jornada 4 de LaLiga.

Dos jugadas separadas por apenas hora y media y uno cientos de kilómetros. Dos jugadas que, para más inri, afectan a dos de los equipos con mayor rivalidad del fútbol español. A este paso, el VAR terminará generando convenios insospechados; no debería haber un bético hoy que no reconozca que lo de Isaac Romero no debió pitarse; no debería pasear un sevillista por la ciudad sin convenir en que lo de Diego Llorente está bien pitado.

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  1. Eva López Blanco

    Y aquí no pasa nada. Hemos pasado de pelear con el mandril y con el palancona a callar como mindundis