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Beto habla abiertamente de su depresión: "No tenía nada"

Beto, en su época en el Sevilla.
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Por suerte en estos últimos años los futbolistas han abierto el melón de la salud mental en el fútbol. Un problema que asola a muchos jugadores pero que pocas veces sale a la luz. Detrás de cada estrella hay una vida personal, un caso distinto. Una persona con sentimientos, familia y un sinfín de problemas que no siempre exterioriza. Ahora es el exjugador del Sevilla FC Beto Bimparel quien relata su caso y la depresión que pasó cuando tuvo que dejar el fútbol.

Todo empezó en 2021. El ilustre guardameta dejó las botas tras su paso por el Farense, pero en contra de su voluntad. A pesar de rozar los 40 años se sentía con fuerzas para seguir jugando y los problemas para encontrar equipo le sumieron en una depresión.

"Me retiré por frustración y depresión. Porque no quería terminar de jugar. Porque creía que nunca iba a terminar de jugar y tomé la decisión de acabar mi carrera en Farense y a los cuatro meses, por depresión quise volver", ha revelado en una entrevista para AS.

Luego le llamó el Helsinki... y no se lo pensó dos veces: "Cuando me surgió la llamada de ir para Finlandia, contesté: ‘¿Dónde está eso? ¿Eso tiene fútbol? Si tiene fútbol voy’. Lo hice por alimentar mi deseo de continuar jugando. Por eso me fui a Finlandia, que es lo que estaba disponible de mercado. Fueron cinco meses. Todos los días entrenando, jugando el fin de semana. Era el tío más feliz del mundo dentro del campo".

Beto no quería retirarse

Hace unos meses profundizó sobre su depresión en el Thinking Football Summit, organizado por la Liga Portugal, donde contó cómo afectó a toda su familia: "En 2021 decidí terminar de jugar, pero a los cuatro meses estaba insoportable en casa. Recibí una oferta de Finlandia… lo hablé con mi esposa y mi esposa escrutó mi estado psicológico. Fueron los peores meses que viví a nivel psicológico".

Le costó, pero pudo comprenderlo con el paso del tiempo: "Fueron muy duros para mí, por no tener rutinas, un propósito, un objetivo diario. No tenía fútbol, no tenía nada. Fui para Finlandia porque quería jugar, entrenar, jugar, competir… Fui feliz durante cinco meses por competir, por socializar. Para mí fue frustrante sentirme bien mentalmente, físicamente, pero a los 40 años te dicen que el fútbol tiene que acabar. Fui muy difícil. No estamos aptos. El fútbol fue bonito, pero las cosas llegan. Tenemos que trabajar mucho en esto. Es un problema muy real, por mucho que no se hable de él”.

El luso colgó los guantes con casi 38.000 minutos en el fútbol profesional, habiendo militado en un total de 13 equipos. El broche final a una trayectoria que terminó en Helsinki, Finlandia, y con once títulos, entre los que destacan las dos ligas con el Oporto o las cuatro Europa Leagues que tiene en su haber, siendo uno de los mejores de Portugal en el presente siglo, con tres participaciones en clasificaciones mundiales y 19 encuentros con la absoluta.

Beto, en el antepalco del Sánchez-Pizjuán (Foto: Kiko Hurtado)

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