Se estrenó (casi) sin esperarlo, se encontró (casi) con el peor momento del equipo y ahora, apenas unos meses después de llegar a Sevilla, Álvaro Fernández se reencuentra con un escenario que ya vivió hace poco más de un año. Con libertad para negociar con un nuevo equipo tras firmar por una única temporada, el meta ex del Huesca volverá a tener la competencia de Orjan Nyland, posiblemente, la próxima semana y en ese momento García Pimienta deberá volver a elegir a su portero... y posiblemente mandar un mensaje al otro de cara a su futuro.
Lo lógico, teniendo en cuenta las decisiones de García Pimienta mientras ambos guardametas estaban sanos, es que Orjan Nyland, en cuanto esté recuperado, recupere la titularidad en la portería del Sevilla.
La decisión, eso sí, no sería por un mal rendimiento de Álvaro Fernández, que hasta ahora ha cumplido -sin excesos ni graves errores- con su cometido, sino por simple decisión técnica.
Evidentemente, la decisión que tome García Pimienta afectará a uno u otro portero, ya que si Álvaro Fernández se queda como titular, Orjan Nyland entenderá que su proceso en el Sevilla se reinicia por completo; mientras que si el noruego vuelve, el ex del Espanyol tendrá que evaluar, con su contrato firmado hasta final de temporada, si merece la pena seguir en el Sánchez-Pizjuán como teórico suplente.
Cabe recordar que Álvaro Fernández firmó el pasado verano por una única temporada con el Sevilla. El meta ex del Huesca sabía que llegaba, en teoría, como portero suplente, pero aceptó uno de los retos más ilusionantes de su carrera. No levantó la voz, entendió todas y cada una de las decisiones de su entrenador, y cuando le tocó jugar, sin errores ni grandes actuaciones, cumplió con su trabajo.
Todo bien hasta aquí. El problema es que Álvaro Fernández será, a partir del próximo 1 de enero, libre para negociar un nuevo contrato con cualquier club, por lo que ambas partes deberán sentarse y analizar el momento.
En el Sevilla están satisfechos con la actitud, con el comportamiento y el trabajo diario de Álvaro Fernández. Evidente, creen que evaluar su rendimiento con apenas cinco encuentros (podría jugar alguno más de aquí a enero), sería totalmente injusto, por lo que prefieren mirar su día a día. Para el club, a menos que ocurra algún capítulo inesperado, lo más lógico sería mantener a un meta joven, español, que conoce al entrenador y sus métodos, y que, por si fuese poco, no alza la voz ante su suplencia.
El jugador, por su parte, deberá evaluar si merece la pena seguir en Sevilla -sabiendo que Nyland tiene 34 años y su contrato finaliza en 2026- o esperar para encontrar un nuevo reto que le permita ser titular.
En poco más de un mes tocará empezar, que no tomar -ni mucho menos-, decisiones. Ambas partes, parece, están contentas y será el retorno de Orjan Nyland el que podría ir decantando la balanza en un sentido u otro.