El Sevilla FC logró de nuevo una victoria en el partido ante el Celta de Vigo. En la despedida de Jesús Navas del Sánchez-Pizjuán, un gol de Manu Bueno le dio el triunfo a los locales en el último partido de 2024 en Nervión. La cantera, para homenajear al mejor canterano de la historia.
En ElDesmarque ponemos nota a los jugadores sevillistas.
Álvaro Fernández (8): Portería a cero, parada salvadora en la segunda parte en un mano a mano y la pizca de suerte para que el palo repeliera el remare de Pablo Durán en la primera. Se ha ganado el puesto.
Montiel (6): Los carnets de campeón del mundo no se regalan. Es profesional, es futbolista y, sin alardes, cuajó un partido muy serio. Acabó agotado, seguramente por la falta de ritmo, por lo que fue sustituido.
Badé (6): La portería a cero siempre es un mérito de los centrales. Badé se impuso por alto y estuvo fuerte.
Gudelj (6): El heredero del brazalete. Acabó fundido. Iago Aspas, indetectable, le puso las cosas muy difíciles. Tras el descanso el Sevilla se asentó en el partido y todo fue mucho más sencillo para él y para todos.
Kike Salas (5): Se le notan las carencias en el lateral, donde rinde mucho menos que en el centro de la zaga. No le pierde la cara nunca a los partidos y será uno de los encargados de insuflar ADN sevillista al equipo con la marcha de Jesús Navas.
Agoumé (6): Demasiado solo para jugar como pivote en el centro del campo, siempre mejor cuando va acompañado. Fue creciendo en el partido, como el equipo, y su cuestionable primera parte dio paso a una segunda mucho más que decente.
Saúl Ñíguez (5): Muestra su calidad, pero está demasiado desaparecido para el peso que debe tener en este equipo. Primer partido completo desde la vuelta de su lesión.
Manu Bueno (7): En la primera parte le vino grande el partido. Iago Aspas traía loco a todo el equipo en fase defensiva, y en ataque se vio muy blandito. Después del descanso fue importante en la mejoría del equipo, hasta el punto de marcar el gol que puso por delante a los suyos. Le contará a sus nietos que fue cambiado en la misma ventana que Jesús Navas en su último partido.
Jesús Navas (10): El sevillismo contemporáneo ha tenido la inmensa fortuna de verle defender a su equipo durante casi dos décadas. Sus últimas carreras por la banda, sus últimos centros, sus últimas jugadas defensivas en el césped del Sánchez-Pizjuán, bien merecen una matrícula de honor.
Lukebakio (7): Tuvo el 2-0 de la tranquilidad en sus botas en una jugada marca de la casa. Por la izquierda rinde menos, pero Jesús Navas bien merecía su cambio de banda. Mejoró mucho cuando pasó a la derecha, y como siempre lleva casi todo el peligro del equipo.
Iheanacho (0): Otro catastrófico partido del nigeriano. ¿Será el último? No le dan ni media, pero todo lo que toca lo estropea. Jugó por obligación por la sanción de Isaac Romero y en el descanso dejó su sitio a García Pascual.
García Pascual (6): Salió al campo tras el descanso y el Sevilla empezó a jugar con un delantero. No tuvo ocasiones, pero peleó, la aguantó de espaldas, dio pases prometedores y recuperó balones arriba. Para que juegue Iheanacho…
Sambi Lokonga (6): Con su salida al campo, el centro del campo se blindó. Buenos minutos del belga, que seguramente no fue titular por no estar aún al 100%. Debe ser importante, si las lesiones le dejan.
Idumbo Muzambo (6): La idea era que cazara una contra, lo hizo y no marcó por muy poco. Buenos minutos de un chico que debe madurar por el bien del equipo.
Darío Benavides (4): Le costó. Entre Marcos Alonso y Alfon le pusieron muy complicads las cosas. No era un día fácil.
Marcao (5): Salió en el descuento, Gil Manzano le vio la cara y le sacó amarilla. Lógico. Después sacó tres balones aéreos que era para lo que había salido, e incluso sacó al equipo jugando. Pues aprobado.
García Pimienta (6): Estuvo en su lugar en el día en que el protagonismo era para Jesús Navas. Hay entrenadores que hacen cosas muy raras en estas situaciones. Con las tres bajas de última hora sacó un equipo muy de circunstancias que no funcionó hasta el descanso. Tocó la tecla Iheanacho, el Sevilla empezó a creer en sí mismo al jugar con once hombres válidos, y cuajó una segunda parte más que digna, tanto en ataque como en defensa. Sus cambios fueron acertados, mejorando al equipo.