Lo mejor, el resultado

Andrés Maese III

El once inicial que ideó Sandoval para enfrentarse al Numancia no dio sus frutos, entre otras cosas porque Anquela le ganó la partida desde el banquillo. El Numancia fue superior al conjunto rojiblanco en todas las líneas. El Sporting no transmitió el peligro en ataque de otras ocasiones, Hugo Fraile, Santi Jara o Álex Barrera no están en un buen momento y el equipo lo notó.

El Molinón se vistió de gala para intentar recortar distancias con los equipos del ascenso directo y la afición rojiblanca sufrió durante gran parte del encuentro debido al control que tuvieron los de Anquela desde el primer momento. Sandoval volvió a variar la alineación y esta vez apostó por un equipo con el perfil del Sporting que se pudo ver al comienzo de la temporada. Stefan fue la referencia con dos extremos, pero ninguno de los tres hombres de ataque olió el balón en la primera mitad. En el segundo acto, el técnico rojiblanco realizó tres cambios donde Lekic y Stefan se volvieron a juntar con Mendy y Lora ocupó la banda derecha para que el equipo se pareciera lo más posible a lo que debía de haber sido de inicio.

El choque empezó de cara para los rojiblancos, un saque de esquina a la frontal del área acabó en una volea de Sergio Álvarez que se coló por el lado derecho del guardameta del Numancia. Todo pintaba muy bien, el campo con la mejor entrada de la temporada, el marcador a favor con un gol tempranero y un sol radiante hacían predecir que los tres puntos se iban a quedar en casa.
La 'fiesta' comenzó a torcerse cuando Julio Álvarez, centrocampista del conjunto soriano, comenzó a dejar detalles de calidad y a manejar el centro del campo de su equipo. El jugador fue el mejor hombre de todos los futbolistas que pisaron el césped. Jugó a su antojo ante la mirada atónita del centro del campo rojiblanco. De sus botas nacieron los dos goles del Numancia que dieron la vuelta al marcador. Los dos tantos llegaron de un saque de esquina.
Anquela volvió a demostrar que su pizarra funciona y que tiene un talento innato en despistar a sus rivales en cualquier acción con el balón parado. El Sporting lo sufrió y por momentos llegó a desquiciar a la parroquia rojiblanca que mostró su malestar en varios momentos del choque.
A falta de 15 minutos para el final, el encuentro dio un giro improvisado. Stefan se dejó caer en el área y el colegiado indicó la pena máxima que él mismo se encargó de transformar. Por delante quedaba tiempo para buscar el tercer gol para darle una alegría a una afición que ya se lo merece.
Desde el empate de Scepovic, el Numancia desapareció y se dedicó a defender, fueron unos pocos minutos donde los de Sandoval tuvieron contra las cuerdas a uno de los mejores conjuntos que pisaron El Molinón.
El empate es bueno si se compara con el resto de los resultados de la jornada. El Sporting tiene que ganar en Jaén para hacer que este punto conseguido ante el Numancia sea mejor de lo que parece.