El futbolista demostró tener la confianza necesaria para cuajar un partido como el que jugó en El Molinón. Además su descaro agradó a la afición rojiblanca que no dejó de aplaudir. "Sabía que era mi momento y tenía que aprovecharlo. Hay que seguir así y no bajar los brazos, hay que seguir remando", señaló.
El extremo recordó su primer gol con el Sporting. "Le pegué con todas mis ganas, me salió ajustado y difícil para el portero. El tanto es lo menos importante. Son tres puntos que nos vienen de lujo", describió. Sobre la grada del estadio, el rojiblanco dijo que "estoy muy agradecido a toda la gente que me apoyó, se me pusieron los peos de punta. No daba crédito a lo que estaba pasando".