A pesar de que el Mirandés lo intentó de todas las maneras posibles, al conjunto de Terrazas solo le quedó el balón parado para intentar empatar la contienda. Bernardo e Iván Hernández fueron superiores a los delanteros locales en la mayor parte del partido. La defensa rojiblanca estuvo más que correcta en un encuentro en el que el Sporting sufrió menos de los esperado. La "batalla de Anduva", así lo denominó Bernardo, la ganaban los centrales de Abelardo hasta que en el último suspiro Malón se coló en el segundo palo para empatar el partido.
"Se nos han ido dos puntos, el vestuario está fastidiado", así describió el técnico rojiblanco el estado anímico del vestuario. El Sporting no mereció perder porque hizo lo que tenía que hacer, aprovechó su oportunidad para adelantarse en el marcador y estuvo defendiendo con mucho criterio y oficio el gol de Carmona. Finalmente el castigo fue demasiado para un equipo que dejó una buena imagen en Anduva.