Aunque Stefan Scepovic es un hombre que no suele exteriorizar su estado de ánimo, un goleador como él necesita marcar y celebrar goles. El serbio llevaba cuatro partidos consecutivos sin anotar, en realidad llevaba cinco semanas, pero Stefan no pudo jugar ante el Barcelona B por lesión. Que su rendimiento ha bajado en la segunda parte de la campaña es evidente, pero Abelardo ya se encargó de defender al delantero. "Es imposible que siguiera con el ritmo goleador porque hubiese acabado con 30 goles, de haberlo hecho estaríamos en Primera. No hay que dudar de su potencial", comentó en la previa del partido ante el Tenerife.
El Molinón necesitaba una fiesta y la tuvo desde el primer minuto del choque, cuando Lekic marcó el primer gol de la tarde.
El segundo gol del Sporting lo marcó Carmona con la espectacular asistencia de Stefan con un taconazo. Scepovic se dejó notar en la primera mitad y la recompensa a su trabajo llegó tras un buen pase de Carmona, que se encargó de transformar en gol con la cabeza. El rojiblanco salió a celebrar el tanto y lo hizo, primero con el asistente y después con la afición. Otra vez lo había hecho, levantar a la grada rojiblanca para cantar al unísono el tanto de su equipo.
Stefan volvió a ser el mismo y El Molinón se lo hizo saber cuando fue sustituido por Guererro en la segunda mitad. La ovación fue atronadora. El goleador cerró la temporada regular con 23 tantos en 42 partidos.
El delantero es feliz en Gijón y en el Sporting, Asturias le encanta y en la celebración hizo un gesto de complicidad con la parroquia sportinguista. El delantero escanció un 'culín' de sidra justo antes de que sus compañeros le hicieran desaparecer entre abrazos.