La resaca del cristo que montó el Sporting

A perro flaco todos son pulgas. La situación delicada en la que se encuentra el Sporting de Gijón en la tabla clasificatoria no invita a que se acumulen más problemas en el territorio extradeportivo. Pero una polémica está desviando la atención del club antes de la gran 'final' del domingo frente al Leganés en Butarque. Y no es otra que la decisión de Joan Frances Ferrer 'Rubi' de expulsar al Padre Fueyo del vestuario del club rojiblanco.

Sin quererlo, el Padre Fueyo está restando protagonismo al importantísimo encuentro que los jugadores sportinguistas disputarán este domingo ante el Leganés por su "salida" obligada del vestuario del Sporting, aunque él tiene claro que, pese a todo, seguirá "rezando por el Sporting" y reconoce que cuando recibió la noticia "me dolió y me extrañó".
El sacerdote, que sólo piensa en ganar al Leganés, ha recibido el apoyo de buena parte de la afición, que ha mostrado su rechazo a través de las redes sociales a la decisión de Rubi de no dejarlo entrar en el vestuario.
Fueyo sigue siendo capellán del club y manteniendo un estrecho contacto con la plantilla, aunque siempre fuera del vestuario, y desde que se conoció la decisión de Rubi no para de recibir muestras de apoyo, a pesar de que el sacerdote quiere huir de la polémica.
Una muestra del cariño que el sportinguismo tiene por Fernando Fueyo fue la ovación que le tributaron sus vecinos de asiento cuando ocupó su localidad en la grada de El Molinón antes del partido de la última jornada ante el Alavés.
Pese al revuelo, el Padre Fueyo desea por encima de todo que "ayude y que una al equipo" y espera que "Rubi triunfe porque así lo haremos todos". El sacerdote no cierra la puerta a un posible regreso porque "si los jugadores piden que vuelva lo haría y me prestaría, ya que me desagradó que no me dejaran entrar".