A vida o muerte. No hay otro calificativo para describir el partido que van a disputar el próximo domingo a las 18.30 horas en El Molinón el Sporting de Gijón y el Granada, ya que el equipo que salga derrotado enterrará casi de forma definitiva sus opciones de permanencia. El encargado de dirigir la decisiva contienda será Estrada Fernández, cuya actuación fue decisiva en el Sporting-Granada del pasado curso que acabó con victoria andaluza por 2-0.
La designación no ha sentado nada bien en la parroquia sportinguista que sigue teniendo muy presente lo perjudicada que se vio por el colegiado catalán aquella noche en el estadio de Los Carmenes. Varias decisiones controvertidas de Estrada Fernández impidieron que el Sporting se llevara algo positivo de tierras andaluzas en un partido que lo mereció.
La primera decisión polémica del partido llegó en el minuto 49. El árbitro catalán anulaba un gol legal a Tonny Sanabria por presunto fuera de juego tras recoger un rechace a un disparo de Omar Mascarell.
Pero la gota que colmó el vaso de la paciencia de la plantilla del Sporting fue el penalti que señaló Estrada Fernández de Mascarell sobre David Barral. De hecho, el mismo exdelantero del Sporting le reconocía el piscinazo a su excompañero Iván Cuéllar.
Una serie de decisiones comprometidas que perjudicaron al equipo rojiblanco en su día y que la afición espera que no se repitan este domingo, pues el Sporting se juega gran parte de sus opciones de permanencia frente al Granada.