El Sporting ha caído ante el Málaga (0-1) en un partido clave para sus intereses. Los de Rubi acusaron en exceso las bajas y no tuvieron la continuidad necesaria para tumbar al rival. Un gol de Sandro al filo del descanso condenó al conjunto gijonés, que se queda a seis puntos de la permanencia cuando solo restan ocho jornadas.
Con la novena baja de última hora, así que con Lora en detrimento de Douglas, y la sorpresa del 4-4-2. Rubi apostó por dos delanteros, con Castro algo más retrasado que Traoré. Se atrevió con la pareja del gol desde el mes de enero, lo que de mano no sirvió para intimidar a un Málaga que no se esperaba ese planteamiento. El Sporting comenzó espeso, cauto o más bien tenso por todo lo que había en juego.
Costó tanto al principio que el Sporting no pisó el área visitante hasta el minuto 11 con un centro lateral de Canella. Antes, el Málaga sí que había avisado un par de veces. Pero poco a poco los rojiblancos le fueron tomando el puso al encuentro. O al menos se quitaron de encima el dominio del rival. Ese fue el paso previo para que el Sporting comenzara a buscar el gol. Avisó con dos llegadas, primero con Traoré y después con un disparo desviado de Carmona. Ambos asistidos por Castro, que prácticamente acto seguido le robó un balón sin falta a Luis Hernández. El árbitro no entendió lo mismo y eso encendió a El Molinón.
Se rompió la tregua y los de Rubi multiplicaron su presencia en el campo rival. Tuvo Traoré el 1-0 en sus botas en el minuto 29, pero Kameni sacó una mano inesperada cuando la grada ya cantaba gol. El guión parecía claro pero el partido tomó otra dirección. Se restableció la calma y el Málaga sacó renta en el 39'. En una ocasión afortunada, pero clara, Keko aprovechó el resbalón de Canella, la puso al punto de penalti y Sandro no perdonó. Tuvo buena suerte, eso sí, porque el balón impactó primero en Meré y después en Cuéllar. Así se llegó al descanso: de bajón.
Pero el Sporting debía tener en su memoria la remontada ante el Granada. Sin embargo, en la reanudación, no salió con esa convicción. Incluso se llevó un buen susto nada más empezar. Y otra vez en una jugada calcada a la del 0-1, con Keko asistiendo al punto de penalti pero esta vez con Fornals enviando el balón a las nubes.
Al menos los rojiblancos se asomaron en el minuto 58, después de una jugada de estrategia. Castro tocó en corto para Babin, este de primeras para Traoré, que solo ante Kameni se durmió. Solo dos minutos después, en el 60', la tuvo Sergio pero su remate lo bloqueó un defensa. El Sporting necesitaba ganar, iba por detrás en el marcador, pero a Rubi no le quedó otra que renunciar al desafortunado Traoré. Salió Ndi y Castro se quedó solo arriba. Después Víctor por Carmona.
En cualquier caso, el arreón gijonés no tuvo continuidad. Se pasó 20 minutos en blanco hasta que pasado el minuto 80 despertó otra vez. Ya había entrado el canterano Pablo Fernández a la desesperada y en busca de un milagro que no llegó.
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