Nunca es fácil decir adiós. Nacho Cases, tras más de veinte años en el Sporting, dijo adiós este jueves en sala de prensa en un baño de lágrimas. El guaje, que guarda toda una vida en El Molinón, concedió, además, una entrevista muy íntima con los medios oficiales del club. En dicha conversación, el mediocentro, antes de marcharse a Chipre, quiso destacar dos de sus momentos más especiales en el club.
"Es difícil elegir un momento, aunque si tuviese que señalar, me quedaría con dos", adelanta el jugador antes de, muy emocionado, explicar dichos momentos. "Manolo Preciado marca el momento más especial. Me dice que jugaré en Santander pero que no dijese nada a nadie, iba a ser una sorpresa. Sólo quería que se lo dijese a mis padres", adelanta antes de exclamar con una sonrisa: "¡Ni mis amigos podían saberlo!". Con la voz entrecortada, Cases señala que fueron días de "ilusión", una "ilusión tremenda".
El siguiente recuerdo que Cases destaca, también tiene a Manolo Preciado como recuerdo. Uno de los mitos del Sporting marcó su carrera y él, de una forma muy peculiar, lo reconoce. "Otro instante que no olvidaré es el partido en el Santiago Bernabéu, nuestra victoria. No sólo por ganarle al Real Madrid, que es un gran club, sino por todo lo que rodeó a dicho encuentro, por todo lo que sufrió Manolo... nos salió el orgullo. Claro, fue importante para salvarnos, no era sólo ganar allí, sino sumar tres puntos vitales".
Sin embargo, la entrevista no se limita a sus recuerdos como futbolista, sino que va más allá. El jugador, relajado, explica con una sonrisa pícara cómo empezó su relación con el equipo. "El Sporting es mi equipo, desde pequeño. Fui socio desde muy 'peque', e incluso antes -entre risas- me colaban al ser un guaje muy pequeño", confiesa Cases antes de declarar su amor eterno. "La sangre rojiblanca me correrá siempre. Éste es el equipo de mi ciudad, al que quise siempre. Siempre apoyaré al club".