Perdía el Sporting, necesitaba recortar distancias, pasaban los minutos, pero Rubén Baraja no recurría al banquillo. No encontraba soluciones entre sus jugadores suplentes. Y con ello quedaba claro la poca confianza del técnico en los siete suplentes que se llevó a Valladolid.
Hasta el minuto 85 ni un solo cambio. Y en ese momento el elegido fue Álex López, un futbolista sin ritmo y mediocentro de posición. Sustituyó, además, a un mediapunta, lo que pareció ser un mensaje de dar por bueno el 3-1 con el que concluyó el partido. Mientras, Carlos Castro y Pablo Pérez calentaban en la banda, como toda la segunda parte.
El técnico no reconoció públicamente que no cree en los jugadores menos habituales. Su discurso, por otra parte, era previsible. Ya había quedado bastante claro durante los 90 minutos como para confirmar su pensamiento en la sala de prensa del José Zorrilla. Allí también estaba el director deportivo Miguel Torrecilla, quien directamente ha quedado señalado por Baraja.
Así, el entrenador rojiblanco apenas cuenta con 12 o 13 jugadores. Solo estima la segunda línea en posiciones defensivas. Sin embargo, el conjunto gijonés deberá buscar alternativas para sorprender al Valladolid el próximo domingo en El Molinón.