La dinámica del Sporting es claramente negativa tal y como marca la clasificación. Tanto la tabla actual, con el equipo más cerca del descenso que del ascenso, como la de las últimas cinco, nueve y diez jornadas. En los últimos nueve partidos de la Liga 1|2|3 ha sumado los mismos puntos (7) que en los tres primeros encuentros.
Cuatro derrotas, cinco empates y tres victorias marcan el balance del conjunto gijonés en los 12 encuentros ya disputados en Segunda división. Ha obtenido 1,16 puntos por partido, lo que proyectado a 42 partidos arroja una cifra de 49 puntos. Uno más de los que el curso pasado acumuló el Almería para evitar el descenso en el puesto 18 de la clasificación.
La media, eso sí, se ve reducida si se extrae de lo más actual. En ese sentido, el Sporting obtuvo 10 puntos en las últimas 10 jornadas, 7 en las últimas 9 y tres en los cinco encuentros más recientes. Un promedio al final de campeonato, dejando a un lado lo anterior, de 42, 32 y 25 puntos, respectivamente. La proyección, claramente, es descendente.
Los datos negativos también se ven reflejados en las clasificaciones. El Sporting ocuparía el puesto decimoséptimo en los últimos 10 encuentros. Y cae al descenso, a la penúltima plaza, en la tabla de los últimos nueve y cinco encuentros disputados. Solo supera, en ambos casos, al Zaragoza.
Para los optimistas, o para quienes procuran evitar los extremos, el equipo de Rubén Baraja, probablemente, jugó su mejor partido a domicilio en Almería. O el menos malo. El entrenador pucelano prescindió de varios futbolistas hasta ahora de su absoluta confianza. La apuesta por el nuevo doble pivote, por Pablo Pérez en la mediapunta o incluso su renovada convicción en Djurdjevic le dio otro aire al conjunto asturiano. Esperanza para la adaptación y crecimiento de la 'revolución' implantada. Como la necesidad de matizar. Sobre todo en defensa, en la que los cambios echaron abajo la única línea que estaba ofreciendo garantías.