Uros Djurdjevic encontró el camino del gol y lo hizo de la mejor manera posible. Un espectacular tanto del serbio puso fin a su pertinaz sequía anotadora. Tuvieron que pasar dieciséis jornadas de LaLiga 1|2|3 para que el fichaje más caro de la historia del Sporting de Gijón lograra encontrar el fondo de las mallas.
Un tanto que quedará en el recuerdo. Por dos razones. Ser el gol que ponía fin al contador de minutos sin ver puerta del ariete serbio, la primera y más importante. La segunda, por la plasticidad y calidad del portentoso remate de Uros Djurdjevic. Se hizo esperar, pero casi mereció la pena.
Hasta 1.030 fueron los minutos que tuvo que esperar la afición rojiblanca para poder celebrar un tanto de su delantero en la competición liguera. Y la celebración fue por todo lo alto. Djurdjevic, en una maniobra de matador del área, cazó un balón procedente de una segunda jugada para poner en pie a El Molinón.
La pesada losa, en forma de ansiedad, que atenazaba al serbio salió por los aires tras amortiguar con el pecho un balón centrado por Carlos Cordero. El control con su pie derecho, tras el bote, fue el preludio para un remate estratosférico, a medio camino entre la chilena y la tijera que se encontró con las mallas del meta visitante. La celebración, estuvo a la altura del gol. Djurdjevic desencadenado.
José Alberto López al finalizar el encuentro resumía el sentir rojiblanco. "Ha hecho un auténtico golazo, de 'killer' y jugador de área espectacular", señalaba. La mejor forma de poner fin a la sequía.