Mientras que en todo el mundo muchas personas luchan por su vida frente al coronavirus y la otra mayoría se encuentra en casa confinada, los científicos y médicos trabajan sin descanso para buscar una solución contra esta pandemia y para conocer con más detalle los movimientos del COVID-19. Tras un último estudio, se ha determinado que ataca con más dureza a las regiones más frías. Sin embargo, Asturias es la excepción que confirma la regla.
Las regiones con las temperaturas medias más bajas son más proclives a que el virus se expanda con mayor facilidad, según el estudio elaborado por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y el Instituto de Salud del Carlos III.
El estudio consistió en comparar la tasa de contagios de 100.000 habitantes entre el 26 de marzo y el 5 de abril, junto con la temperatura media. Dicho análisis arroja el dato de que las regiones más afectadas por el coronavirus son aquellas con una temperatura media más baja. Aquellas cuya temperatura es superior a 10 grados -como han sido Murcia, Andalucía y las Islas Canarias- se han visto menos dañadas por la pandemia.
Sin embargo Asturias, al igual que Cantabria, son las excepciones que confirman la regla. Pese a pertenecer a un grupo de regiones con temperaturas bajas, no han sido dos comunidades tan castigadas como han podido serlo Navarra o La Rioja. "En aquellas comunidades más pegadas al mar, no sólo hay que tener en cuenta la temperatura, sino también la humedad absoluta, es decir, qué cantidad de agua tenemos", explicó al respecto el portavoz de la AEMET Fernando Belda,
La llegada del verano puede servir para paliar el daño de la enfermedad, debido a la progresiva subida de las temporadas. Sin embargo, desde ambas entidades reiteran la importancia de tener cuidado a la hora de moverse, ya que durante la estación estival son más frecuentes los movimientos de personas.
Sin embargo, la contaminación debe ser también un dato a tener en cuenta y que puede jugar a favor de la expansión del virus en verano.