En la tarde de este 25 de mayo ha fallecido Marcelo Campanal, gijónes de nacimiento, pero que se hizo leyenda en el Sevilla Fútbol Club. Equipo en el que recibió un Dorsal de Leyenda, que reparte el club sevillano a sus jugadores más emblemáticos.
Campanal desarolló prácticamente su carrera deportiva en el equipo hispalense donde estuvo dieciséis temporadas, dos en el Deportivo de la coruña, una en el Iliturgi y terminó su carrera deportiva en el Avilés.
Tras retirarse en el conjunto asturiano, se instaló en Avilés y pasó a dedicarse al atletismo. Campanal posee en su haber más de 100 títulos de campeón de España en la modalidad de Atletismo, una vez que se retiró de la competición.
Tenía fama de defensa duro y fue internacional con España en once ocasiones. Campanal tuvo una larga carrera, que posteriormente vio crecida gracias al atletismo.
La vida de Marcelino Vaquero González del Río es pura magia. Pero no porque el defensa llegara en barco a Sevilla, para firmar su primer contrato. Ni por haberse enfrentado, resguardado en una portería y banderín de córner en mano, a una masa enfurecida de jugadores del Oporto.
Ni por sus marcas atléticas en su etapa de futbolista, que mejoraban las de algunos de los campeones españoles. Tampoco siquiera por el hecho de que uno de sus riñones desapareciera tras un encontronazo con Gento o porque su apodo le viniera de un restaurante, primero, y de la primera fabada enlatada que se hizo en Asturias, después.
Es realismo mágico en primer lugar porque pertenece a una saga, ya que su tío Guillermo Campanal, también futbolista, y posteriormente entrenador, fue el que lo hizo debutar en el Sevilla, cuando tan solo tenía 19 años.