Abelardo Fernández tiene ante sí 11 jornadas para salvar al RCD Espanyol del descenso a LaLiga SmartBank. Seis son los puntos que distancian al conjunto perico de su objetivo, una distancia grande pero más que salvable en este tramo de la temporada. Más si cabe con el gijonés en el banquillo. Pues se trata de un auténtico obrador de milagros, un santo. Si no que se lo digan a la afición del Sporting de Gijón, precisamente este 7 de junio, cuando se cumplen cinco años del último ascenso de los rojiblancos a LaLiga Santander.
Los de Abelardo visitaban por aquel entonces a un Real Betis ya ascendido, pero las opciones de ascender eran muy pocas. El motivo no era otro que su máximo competidor, el Girona FC, recibía en Montivili a un Lugo que no se jugaba nada. El Sporting hizo sus deberes, con el favor de los heliopolitanos, y logró una holgada victoria por 0-3 con goles de Miguel Ángel Guerrero, Jony Rodríguez e Isma López. De aquel equipo, solo Carlos Carmona y Pablo Pérez continúan como rojiblanco. También estaba Bernardo, que coincide con Abelardo actualmente en las filas del Espanyol.
Con un ojo puesto en Gerona, las noticias no eran muy esperanzadoras. Un gol de Fran Sandaza ponía en ventaja a los albivermellos, pero entonces, con todo prácticamente decidido, un tanto de Pablo Caballero le daba el empate al Lugo y desataba la fiesta sobre el verde del Villamarín. Como colofón, Abelardo, el obrador de milagros, era manteado por sus pupilos. Había sido capaz de gestionar una plantilla que el verano anterior no había podido tener refuerzos debido a las deudas atrasadas que tenía el club. Pero con magia y mucho Mareo, se logró el objetivo.
Un lustro después, Abelardo afronta una situación distinta pero parecida con el Espanyol. Llegó a Cornellá con el equipo hundido, y en apenas dos meses ya mejoraba los números de su predecesor, Pablo Machín. Pese a que aún continúa como colista, fue capaz de lavarle la cara al equipo y en Barcelona tienen fe ciega en que con su trabajo, constancia y dedicación, todo es posible.