El Sporting de Gijón por fin celebra. Ya era hora. Y David Gallego, también. Lógicamente no es para tirar cohetes pero el triunfo rojiblanco en Ibiza espanta algún que otro fantasma. Ya era hora. Una contra perfecta que finalizó Aitor y un golazo de Djuka llevaron los tres puntos al zurrón del Sporting que vuelve a casa más feliz de lo que fue a las Islas Pitiusas.
Por fin una fiesta, esta vez en Ibiza, pero puede ser un punto de inflexión en el presente y futuro del Sporting. Tras pasar en la Copa, el triunfo liguero permite respirar al equipo y, sobre todo, al propio entrenador. La guillotina que asustaba a Gallego, por los hechos y por los movimientos del club, se da un descanso pero ya sabe todo el mundo lo caprichoso que es el fútbol. Y que el Sporting tiene que seguir ganando más días, no le vale con quedarse aquí.
Fue un partido controlado por el Sporting desde el inicio. Y demostró que algo se ha aprendido en las últimas semanas. ¿Recuerdan la contra del Huesca en El Molinón que acabó en gol? Pues fue casi un espejo en Ibiza... pero al revés. Y en lugar de Seoane el protagonista fue Aitor García. El onubense demostró de nuevo que está cuando se le espera y marcó un gol muy valioso.
Ese 0-1 significó tranquilidad aunque el Ibiza asustó con un gol a la postre anulado por fuera de juego. El Sporting reaccionó, controló y apretó. Y esperó su momento para sentenciar. Llegó nada más comenzar la segunda parte, con un zapatazo de Djuka que se coló por la escuadra. Otro gol del montenegrino, al que se echaba mucho de menos. Otro gol para guardar en vídeo.
Villalba estuvo cerca de firmar el 0-3 pero ya bastaba con dejar pasar el tiempo. Los tres puntos ponen fin a una racha negra y quién sabe si ahora empieza una buena. Porque Ibiza siempre deja cosas en el recuerdo, para bien... y para mal. Esta vez la fuesta ibicenca fue rojiblanca.