Un partido esperpéntico como broche a una temporada olvidable
La afición del Sporting de Gijón ya puede respirar tranquila. Ya lo podía hacer desde el pasado fin de semana, cuando con el empate ante el Fuenlabrada confirmó su permanencia en LaLiga SmartBank, pero durante el verano podrá recargar las pilas antes de afrontar una temporada cuánto menos incierta.
Pero el sportinguismo tardará mucho tiempo en olvidar la que es la peor temporada de su centenaria historia. Un curso que comenzó con el equipo siendo líder de la categoría allá por el mes de octubre y que con la entrada del 2022 les ha llevado a que, en la recta final de la temporada, muchos hayan rezado todo lo que saben confiando en no abandonar el fútbol profesional.
Por eso mismo, los cinco primeros minutos El Molinón no ha presentado su aspecto habitual. Las protestas contra la propiedad, dirección deportiva y plantilla vaciaron momentáneamente el estadio. El resultado del partido es lo de menos, derrota por 0-1, y que da la sensación de que era el resultado que le gustaba a gran parte de la afición porque impedía al Oviedo disputar el playoff.
Así se pudo apreciar en el minuto dos, cuando llegó la primera ocasión del Sporting. Gaspar Campos, que actuó de mediapunta, se descolgó hacia la banda y centró al punto de penalti. El remate de Pablo Pérez salió rozando el palo. Algunos aficionados pitaron, en señal de disconformidad. Pero tras este buen arranque, el Sporting se diluyó y se replegó en su campo ante una UD Las Palmas que se hizo con la posesión del balón, aunque sin acechar la portería defendida por Mariño. De hecho, los rojiblancos todavía dispusieron de alguna que otra contra.
El Sporting se diluyó tras un buen arranque
Aún así, los hombres de García Pimienta se fueron dejando ver a medida que avanzaban los minutos y, en el minuto 28, Mújica se adentró en el área aprovechó la pasividad defensiva para el balón al fondo de las mallas. El VAR anuló el tanto al considerar que el ex del Real Oviedo controló el balón con la mano. Pero, poco después, Róber se adentró en el área y Pablo García le agarró hasta derribarle. El colegiado decretó una pena máxima que convirtió Jonathan Viera para hacer el 0-1. Todo El Molinón pareció celebrar el tanto del crack canario.
A partir de entonces, el partido no tuvo mucha más historia. La UD Las Palmas siguió controlando la posesión del balón y el Sporting corrió detrás de la pelota. Dio igual que, en el descanso, Abelardo diese entrada a Campuzano como segundo punta, la verticalidad brilló por su ausencia.
De hecho, Mújica envió el balón al fondo de las mallas tras recoger un pase en profundidad, pero el colegiado decretó que estaba en fuera de juego. No había dudas y el 0-2 no subió al marcador.
La mejor noticia del partido, en clave de futuro, llegó en el minuto 67, cuando el 'Pitu' dio entrada a los canteranos Mecerreyes y Diego Sánchez, aunque apenas consiguieron entrar en juego. Veremos qué acaba sucediendo con estos jóvenes jugadores en el futuro y si este debut acaba teniendo recorrido.
La peor temporada de la centenaria historia del Sporting se despidió con un encuentro esperpéntico que, en cierto modo, resume lo que ha sido el Sporting este curso.