Abelardo, como nunca en el vestuario del Sporting de Gijón: el primer gran culpable, encontrado y señalado

El Sporting de Gijón decepcionó a todos en el último partido que disputaron. Porque partían como grandes favoritos y se esperaba que no tuvieran demasiados problemas en superar al Racing de Santander. Los cántabros, que acaban de ascender a LaLiga SmartBank, llegaban como colistas y contaban todos sus encuentros por derrotas. Pero fueron capaces de dar la sorpresa y asaltaron el feudo rojiblanco llevándose la victoria por cero goles a dos.

Abelardo Fernández se marchó de El Molinón Enrique Castro ‘Quini’ con un enfado de libro y no se mordió la lengua en rueda de prensa. No dejó títere con cabeza y, entre otras muchas cosas, afirmó que: "Hemos jugado muy mal, no voy a engañar a nadie. De todas formas, hemos tenido ocasiones, la del córner al final en la primera parte, la de Djuka al comienzo de la segunda parte. En Segunda te gana cualquier equipo. No voy a echar la culpa al árbitro, no hemos entrado bien al partido. Se veía que no se estaba fluido en ataque, el Racing puso gente contundente atrás, sus laterales no subían para evitar nuestras transiciones, han sido inteligentes en eso. Nos ha salido un mal partido y es así".

"Hemos estado muy precipitados, malas decisiones. Hemos querido llegar demasiado rápido al área, meter centros muy posicionales y directos. Ellos tenían 4 centrales atrás, había que tirar desde fuera del área y no lo hemos hecho. Yo tengo mi parte de culpa en no saber leer el partido. Un punto habría sido muy bueno. No hemos aprovechado las ventajas por banda, por dentro, hemos querido llegar muy rápido arriba, no lo hemos leído. Hemos intentado buscar eso con Jordan también, pero no hemos sido capaces. Si metemos la de Gragera o la de Djuka habría cambiado el partido, son cosas del fútbol, es así" finalizó el Pitu.

Y en La Voz de Asturias aseguran que Abelardo ha señalado al primer responsable de la derrota del Sporting. Porque ha apuntado hacia el vestuario, donde culpa a todos los jugadores, que cree que salieron al terreno de juego dando por hecho que iban a ganar, y sin sufrir en exceso. La relajación es lo que provocó que el Racing conquistara Gijón.