El mejor de los escenarios cuajó en el Anxo Carro para poner fin a una racha de muchas jornadas sin ganar. Apareció la garra, el coraje, la furia y La Mareona para conseguir un triunfo de oro para el Sporting de Gijón. Fue, sencillamente, de película. Con un hombre menos y con un gol en la recta final.
Como si de un combate se tratase. Así transcurrieron los primeros compases de un encuentro. Primero el Sporting lo intentó por medio de Izquierdoz de cabeza y a través de Djuka desde lejos, para que luego le tocara al Lugo el turno de dominar. Zé Ricardo pudo marcar, pero entre el palo y Cuéllar lo evitaron.
Poco a poco la igualdad reinó. Hasta que llegó uno de los momentos más duros, la lesión del jugador local Juanpe, que se tuvo que marchar en camilla tras una durísima lesión de tobillo. Duele solo de ver la imagen. A partir de ahí el partido se enfrió algo más y el resultado no se movería en una primera parte de pocas ocasiones.
En la segunda parte fue el Sporting el que trataba de tomar la iniciativa. Y el gol lo tuvo en su mano, pero el balón picadito de Djuka lo sacó sobre la línea un defensor local. Fue la jugada más peligrosa del partido y, por desgracia, quedó en nada. A partir de ahí vinieron los problemas.
En una acción dividida el árbitro interpretó plantillazo de Pablo Insua sobre un rival y le mostró la segunda amarilla. Media hora por delante y un jugador menos. A partir de ahí todo cambió. El Lugo se hizo dueño del encuentro a través de centros laterales y disparos lejanos. Sin embargo, el Sporting se parapetó bien atrás y dificultó mucho las tareas ofensivas del rival.
Pero lo mejor estaba por llegar. El Sporting se armó de valor y, apoyado por su gente, se vino arriba y consiguió el ansiado gol. Fue obra de Zarfino, tras cazar un rechace de Juan Otero y batir al meta local. Un gol que llevó la locura a buena parte del graderío del Anxo Carro.
A partir de ahí, fue capaz de aguantar con un hombres menos y conseguir un triunfo que vale oro. Bufandas al viento, el Sporting vuelve a saborear un triunfo y de qué manera. Era el momento idóneo.