El Sporting de Gijón demostró que le gusta el nuevo formato de la Copa del Rey y sacó un ticket para los octavos gracias a un doblete de Uros Milovanovic. El delantero serbio presentó otra candidatura a ser el nueve y el equipo rojiblanco se volverá a medir a un equipo de LaLiga Santander.
Abelardo Fernández optó por un once con bastantes jugadores habituales, pero con un planteamiento táctico sorprendente: una especie de 5-3-2 para salvaguardarse de las rápidas transiciones del equipo rayista.
Pese a esto, el partido comenzó con susto. Álvaro García le ganó la espalda a Bruno y, aunque no llegó a disparar a portería, el balón se paseó por el área pequeña y obligó a Gragera a despejar el balón a córner. La afición pitó a su equipo buscando la reacción y no tardó en llegar. Apenas cinco minutos después, Bruno sorprendió a la zaga del Rayo elevándose para cabecear en el segundo palo un saque de esquina.
Con el paso de los minutos el Sporting se recompuso y robaba con facilidad, dificultando la salida de balón de los pupilos de Andoni Iraola, que a partir de ese momento buscó balones largos para un Falcao que avisó con dos disparos que no inquietaron a Mariño.
El partido tenía un ritmo trepidante, con llegadas por parte de ambos equipos y Cristian Rivera pagó las consecuencias de tanto 'ida y vuelta'. El centrocampista sintió molestias en el muslo y se tuvo que retirar en el minuto 25, dando entrada a Pedro Díaz. El centrocampista le dio algo más de criterio a un Sporting muy desdibujado y que se había mostrado hasta algo caótico por momentos.
Pero el equipo gijonés llegó mucho mejor a los minutos finales y sus dos extremos dispusieron de las que, hasta ese momento, fueron las ocasiones más claras del encuentro. Primero lo probó Aitor García con un latigazo desde fuera del área que Diego López detuvo con una gran estirada. Poco antes del descanso, Otero lo probó con un zurdazo tras una gran acción individual.
El extremo colombiano buscó sorprender con una acción rapidísima nada más arrancar la segunda mitad, pero la zaga rayista la desbarató sin excesivos apuros. Fue una simple ocasión, pero evidenció que el Sporting salió de vestuarios con una marcha más.
No tardó mucho en llegar el gol. Cote botó una falta lateral y, con la defensa poblada de efectivos, el balón cayó en los pies de Uros Milovanovic que chutó a puerta tras un gran gesto técnico con el que se hizo hueco para acomodarse el disparo.
Tras el tanto, el equipo rojiblanco no cometió el error de darle el balón al Rayo Vallecano y contemporizó su ventaja con el balón en sus pies. No sufrió pese a la intensa presión del equipo madrileño, que tampoco se dejó ver más allá de en una acción que remató Camello.
Con el paso de los minutos se dejó ver con algo más de frecuencia en la portería que defendió Diego López. Tras una gran acción combinativa en la que participaron varios jugadores, Pedro Díaz lo probó con un latigazo desde fuera del área que golpeó en el palo.
Más puntería tuvo el centrocampista gijonés en una falta desde la frontal del área que provocó Jordan Carrillo. Diego López detuvo el disparo, pero el rechace cayó en Uros Milovanovic, que prácticamente solo, cabeceó a placer el balón para desatar una fiesta en El Molinón.