El partido de este domingo en El Molinón no pasará a la historia de LaLiga SmartBank. Sporting de Gijón y Málaga CF firmaron las tablas en un duelo que fue claramente de más a menos. Los de Miguel Ángel Ramírez controlaron el esférico, pero no reflejaron ese dominio en grandes ocasiones. Los andaluces tampoco exigieron en exceso. Tablas... y poco más en El Molinón.
El Molinón presentaba, como acostumbra, una gran entrada para empujar a los suyos hacia una victoria que definiese los objetivos domésticos. 'MAR' apostó por un once prácticamente similar al que logró los tres puntos ante el Zaragoza, con la única variación de Zarfino. Los locales quisieron mostrar su apuesta por el control del esférico desde los primeros compases. Pedro Díaz probó a Rubén Yáñez por primera vez con un gran latigazo lejano. Por su parte, el conjunto andaluz apostó por esperar a los rojiblancos en campo propio y buscar los posibles huecos que dejaban las subidas de Guille Rosas y Diego Sánchez.
Las ideas del Sporting escaseaban. Tuvieron que pasar quince minutos para disfrutar de una segunda ocasión. Y ante los problemas de frescura, de nuevo, Pedro Díaz. El centrocampista volvió a dibujar otro gran disparo lejano que se estrelló en el palo.
Insuflados por la citada ocasión, los rojiblancos dieron un paso adelante y a punto estuvieron de subir el primer tanto al marcador. Unos escasos centímetros en la posición de Campuzano dejaban sin efecto su gran asistencia y posterior definición de Aitor. El línea invalidó con acierto el tanto local.
La línea defensiva minimizaba las acometidas malaguistas. Cuéllar fue prácticamente un espectador más en el primer acto. El Sporting terminó los primeros cuarenta y cinco minutos en campo rival con más empeño que acierto. En el luminoso, tablas; a los puntos, los de 'MAR' estuvieron algo mejor que su rival.
El choque se reanudó con numerosas interrupciones tras el descanso. El juego entre ambos conjuntos cada vez era menos fluido, para la desesperación de los asistentes. Campuzano apenas disfrutó de ocasiones, y las que tuvo, se las fabricó él mismo. El ariete reclamó pena máxima tras una buena maniobra en el área malaguista, pero el contacto fue insuficiente.
Poco a poco, el Sporting se volvería a adueñar de la posesión del balón, llegando a monopolizarla. Los visitantes probaron por primera vez en el choque a Cuéllar cuando se cumplió la hora de juego. Luis Muñoz disparó desde lejos, pero el veterano portero despejó sin grandes apuros. Llegaron entonces los primeros cambios de Ramírez buscando aire fresco en ataque: Juan Otero y Djuka ingresaban en el verde.
También saltaría al Molinón un Rubén Castro que sigue poniendo en apuros a los porteros rivales. Cuéllar le negó el gol al ariete malaguista con una gran estirada. La presencia andaluza en el área sportinguista aumentó considerablemente con la participación del canario.
Volvería a mover 'MAR' el banquillo y daría pie a que se viviese uno de los momentos más esperados de la tarde. José Gragera, en una semana de mucho ruido y con muchas posibilidades de abandonar el Sporting en el mercado invernal, fue recibido entre pitos por su afición. Y tuvo en su cabeza el gol ganador con un potente remate.
Los dos equipos finalizaron el partido más pendientes de no encajar y no perder el botín obtenido que de aumentar el premio. El Sporting sigue sumando en la competición doméstica, pese a estar sufriendo un cambio drástico en su propuesta de juego. Lo que este domingo fueron bostezos, quién sabe si se convertirán en grandes aplausos.