Debido a su rendimiento goleador en las dos últimas temporadas, Djuka se convirtió por méritos propios en el jugador franquicia del Real Sporting. Y como tal se reflejó en la renovación que el Grupo Orlegi le firmó este verano, poco después de hacerse con la propiedad del equipo.
El delantero internacional por Montenegro pareció responder a esta confianza con un doblete frente al Andorra en El Molinón que auguraban otra temporada prolífica en esta faceta. Pero fue un espejismo, ya que a partir de ese partido, se fue desvaneciendo hasta el punto de convertirse en un auténtico 'expediente X'.
Se decía que el juego de Abelardo no venía bien para sus características. Y cierto es que se le veía algo desconectado del resto del equipo, como librando la batalla por su cuenta. Trabajo y garra no le han faltado nunca, si bien en alguno de los últimos partidos se le veía hasta algo apático. Y el cambio de entrenador no fue acicate suficiente para revertir su mala situación.
En el Carlos Belmonte, en un partido decisivo para alejar definitivamente los fantasmas del descenso a la Primera Federación, a Djuka se le vio con ganas de revertir su mala dinámica goleadora. No se había cumplido el minuto diez de partido cuando ya atesoró dos ocasiones a centro de Otero.
Y su sequía se rompió en un gol muy suyo, y rebañando en el segundo palo un balón que parecía imposible de cabecear y que puedes ver en el vídeo adjunto a esta noticia. Todo casta y coraje en un encuentro en el que se desgastó y que acabó con calambres musculares por su esfuerzo, siendo la única nota positiva del Sporting.
Hasta el punto de que le valió los elogios de su técnico en rueda de prensa: "El fútbol le ha regalado lo que los delanteros tanto necesitan, pero nos está dando muchísimas cosas que el equipo está agradeciendo: capacidad de asociación, trabajo... Tenemos que sentirnos orgullosos de tener un jugador así", aseveró.