José Marsà se ha convertido en un jugador capital para el esquema de Miguel Ángel Ramírez, desde su llegada en el mercado de invierno desde el Sporting de Lisboa. Según apunta La Voz de Asturias, el club sportinguista intentará, por todos los medios, la continuidad del defensor catalán para la temporada que viene. Sin embargo, es complicado debido a su gran nivel.
El central ha mostrado, en más de una ocasión, su felicidad en el club y la ciudad, llegando al punto de afirmar que se encuentra muy a gusto en el Sporting de Gijón. Desde Portugal informan que, lo más probable, sería una cesión sin opción de compra para la próxima campaña. Aunque en Mareo lo ven difícil, buscarán tener la posibilidad de hacerse con el jugador en propiedad, ya que están muy contentos con su rendimiento.
Como todo en la vida, la situación de Marsà tiene aspectos positivos y negativos para el conjunto asturiano. En positivo está la relación contractual del jugador con el club lisboeta, que terminaría el 30 de junio de 2024. Lo negativo sería, entendiendo bien esto, que su rendimiento fuera excelso la próxima campaña, lo que haría que su valor de mercado subiera hasta unos niveles inasumibles para el club.
Varios portales de fichajes y tasación de jugadores han mostrado el ascenso de este joven, pero si nos centramos en el más famoso, Transfermarkt, este le otorga un valor de dos millones de euros. No es sorpresa la proyección de un jugador que, como se suele decir en nuestro país, sirve para un roto y para un descosido. Un estudioso del fútbol que puede actuar de lateral izquierdo, de central o de centrocampista.
El excanterano del Barca medita muy bien cada decisión que toma en su carrera, prueba de ello fue su idea de abandonar la Masía para desembarcar en el Sporting de Lisboa.
Dos de las tres partes interesadas están de acuerdo con que esta relación continúe, al menos, un años más. El equipo asturiano deberá negociar con el club lisboeta para retenerlo y, aunque será una tarea difícil, si hay un deporte para soñar, ese es el fútbol.