Este miércoles da comienzo la Supercopa de España. Por cuarta vez consecutiva, este torneo viaja hasta Arabia Saudí, en el marco del acuerdo que firmó la RFEF con el país saudí con el objetivo de promover la igualdad y la búsqueda del respeto de los derechos humanos allí. Pero la realidad sigue siendo bien distinta.
Nada ha cambiado en Arabia y este año, incluso, el FC Barcelona publicó una guía de recomendaciones para aquellos aficionados que se fueran a desplazar hasta el escenario de la competición. El club catalán recordaba a los suyos el cuidado que deben tener en las calles árabes con las muestras de afecto y que, aunque parezca mentira, el ser homosexual sigue siendo considerado un delito.
Como ha valorado Lucía Taboada en ElDesmarque Mediodía, la Supercopa de España se ha convertido, con su viaje a Arabia, en “un torneo lejano en distancia y ética”. Como se cuenta en el vídeo que encabeza esta noticia, las violaciones de los derechos humanos siguen siendo un constante en Arabia Saudí.
En 2023 se llevaron a cabo más de 150 ejecuciones y aún “hay mujeres encarceladas por reclamar mayor libertad y mayores derechos”, tal y como explica Carlos de las Heras, Responsable de Deporte y Derechos Humanos de Amnistía Internacional.
Lejos del propósito que entonó Luis Rubiales en la presentación del formato en Arabia, “cambiar las cosas y demostrar que las mujeres tienen que entrar en igualdad con los hombres”, con el Real Madrid – Atlético de Madrid dará comienzo la cuarta edición lejos de España.
El acuerdo ata la celebración de este formato en Arabia hasta 2029, aunque la salida de Luis Rubiales de la RFEF, la celebración de elecciones para la presidencia de la federación y el desagrado de José Manuel Rodríguez Uribes, presidente del CSD, del traslado de la competición al país asiático, podrían vaticinar conversaciones para poner fin al exilio de la Supercopa.