El Atlético de Madrid cayó derrotado en la primera semifinal de la Supercopa de España ante el Real Madrid en un partido de auténtica locura. Ocho goles, remontadas y un gran esfuerzo por parte de los jugadores que llegaron hasta el minuto 120 para decidir qué equipo alcanzaría la final del primer torneo del año.
El Atlético logró desempatar el encuentro en el tramo final del tiempo reglamentario con el autogol de Kepa, pero el estado físico del conjunto de Simeone no fue el mejor en los últimos minutos y el equipo de Chamartín sometió a su rival hasta lograr igualar la contienda. En la prórroga, la tónica fue la misma y el cuadro blanco acabó imponiéndose.
Pablo López fue duro con los suyos en ElDesmarque Madrugada. Pero más allá de buscar culpables dentro del terreno de juego, apuntó al banquillo. “Yo no estoy enfadado con los jugadores. Ni siquiera con Simeone. Estoy enfadado, y es un mosqueo que me sobrevuela desde hace años, con el Profe Ortega. El Atlético nunca está de diez, nunca está como los demás equipos. Físicamente, el equipo se cae”, sentenciaba el periodista.
Los gestos de los jugadores reflejaban el agotamiento tras el esfuerzo de ayer. Koke, de hecho, tuvo que echarse al suelo en la primera parte de la prórroga y ser sustituido.
Ambos equipos agotaron los seis cambios, aunque el Real Madrid, es cierto que los hizo más tarde y otorgaron al plantel dirigido por Carlo Ancelotti una dósis de frescura en los minutos decisivos y el tiempo extra. Brahim, que entró en el 81’, puso patas arriba el choque, con un desequilibro que fue determinante. En cambio, Correa o Witsel, que fueron algunos de los cambios rojiblancos, no dotaron al equipo del Metropolitano de ese punto extra necesario para cerrar un partido en el que rozaron la victoria.