"Una ovación de San Mamés a un jugador rival no se siente igual que en otro campo". Esas palabras salieron de la boca de Roberto Soldado cuando hizo el último hat-trick en el viejo San Mamés. El delantero valenciano fue el último futbolista que logró hacer tres goles en un mismo partido ante el Athletic en el vetusto estadio vizcaíno, fue hace tres años, un 18 de marzo de 2012 delante de 40.000 aficionados vascos que supieron reconocer la superioridad valencianista y que despidieron con un fuerte aplauso al '9' ché cuando se retiraba hacia los vestuarios con su balón bajo el brazo. Paco Alcácer quiere seguir los pasos de Soldado. El fútbol en Bilbao tiene una atmósfera mágica que te envuelve, la misma que sintió Mathieu cuando en 2009 le dio el triunfo al Valencia tras marcar con una volea perfecta. El fútbolista francés aún recuerda el grito de admiración que la grada expiró al ver el 1-2 del Valencia en el minuto 85. Pero en el recuerdo de todo valencianista está la despedida triunfal que le dieron al Guaje cuando firmó el hat-trick más rápido de la historia en La Catedral en sus casi 100 años de historia.
David Villa anotó en el tramo final del partidos tres goles en apenas cuatro minutos, entre el 81' y e 85' puso patas arriba al estadio, con tres goles de auténtico genio y de oportunista. Ese partido puso en 'órbita' al Guaje que es verdad que llegaba al Valencia con la vitola de goleador, pero fue ese 24 de abril de 2006 cuando dio la vuelta al Mundo esta auténtica proeza. Esos tres zarpazos le permitieron luchar el Pichichi con Samuel Eto'o hasta el final de la temporada y sobre todo rubricaba la gran temporada que había hecho el Guaje y que le comenzaban a dar el enorme caché que tendría internacionalmente.
En la 1997-98, también le llegó el turno a dos futbolistas que salieron aplaudidos de San Mamés. En aquel partido de Liga en el que el Valencia volvió a ganar 0-3 al Athletic Club hubo dos futbolistas qur marcaron el paso ché: Adrián Ilie que hizo un doblete y Gaizka Mendieta, que dejó uno de los goles más bellos que se recuerdan en las últimas décadas. Sí aquel gol que hizo tras sortear tres jugadores rojiblancos como si se tratase de una prueba de esquí, para luego culminar de disparo cruzado ante la salida del meta vaso. San Mamés quería a ese Mendieta, el mediocentro ché era una perla vasca que querían disfrutar los leones y sobre todo tras comprobar que acaba de hacer uno de los goles más bonitos que habían visto en mucho tiempo. Por su parte, el rumano Ilie hizo gala de su olfato goleador y con el doblete que anotó también se llevó el respeto y la admiración del graderío local.
Algo similar le ocurrió a Fernando Gómez Colomer, que anotó un tanto de muy bella factura tras recortar y lanzar un disparo en parábola que sobrepasó al meta del conjunto vizcaíno. Ese día el Valencia humilló al conjunto local, al ganar 1-4. Aquel 20 de diciembre de 1992, el capitán del Valencia dejó un imborrable gol del que todavía habla y defiende que es su mejor tanto en Primera División porque quiso poner el balón donde lo puso.