El Valencia CF cayó derrotado con claridad en su visita a San Mamés. A pesar de que los de Nuno Espírito Santo se adelantaron en el marcador con un golazo de falta de Dani Parejo, el Athletic de Bilbao hizo valer su mejor físico y su mejor juego, en especial en una segunda parte en la que remontaron gracias a los goles de Laporte, Susaeta y Aduriz.
Nuno tenía miedo de la dupla Aduriz-Raúl García y, tras los noventa minutos, quedó demostrado que tenía motivos de sobra para ello. No en vano, mediocentro y delantero volvieron locos a los valencianistas y protagonizaron casi todas las ocasiones de peligro bilbaínas.
Nuno Espírito Santo no sorprendió ni a propios ni a extraños con el once inicial que alineó el Valencia CF ante el Athletic en San Mamés. El técnico portugués salió de inicio con Rubén Vezo en la zaga como acompañante de Mustafi y con André Gomes en la medular en detrimento del lesionado Enzo Pérez. La otra gran novedad era la entrada de Bakkali en el once titular en detrimento de Piatti, lesionado en el calentamiento.
Estaba obsesionado el técnico con la dupla Aduriz-Raúl García y motivos tenía. En cinco minutos cada uno había tenido una ocasión. La tercera de este rutilante comienzo bilbaíno nació de las botas de Beñat. Jaume, espectacular, desviaba el tiro del centrocampista.
El Athletic, con problemas, necesitado de resultados y tocado tras perder en la Europa League, salió con mucha más intensidad, presionando en todo el campo y dejando inéditos a André Gomes, Negredo, Bakkali y Feghouli. Sólo Mustafi, Vezo, los laterales y Javi Fuego se multiplicaban en defensa. Tardaron 13 minutos los valencianistas en llegar al área rival. La contra, conducida por Cancelo y Feghouli, terminaba con un lanzamiento de André Gomes que atrapó sin problemas Iraizoz.
En el 15 un zapatazo de Feghouli puso en algún apuro más al meta vasco y presagió lo que se le venía encima al Athletic. En apenas minuto y medio los de Nuno inquietaron más que en los quince anteriores.
Negredo apareció para ayudar a sus compañeros y eso permitió que hombres como Bakkali se mostraran más. Una cabalgada del belga propició la falta y el posterior lanzamiento directo de Dani Parejo que superó la barrera y se clavó como un obús en la meta vasca. 0-1, golazo y a pasarle la presión al rival.
El Valencia jugó a placer, movía la pelota, y sólo cedió un córner en el 34. El Athletic estaba contra las cuerdas pero, como sucedió en Cornellà ante el Espanyol, el inocente saque de esquina se convirtió en el 1-1. Negredo peinaba en el primer palo y Laporte llegando sólo en el segundo hacía el empate.
Cuando mejor estaba jugando el Valencia, el gol cambió de nuevo el tempo del partido. Los últimos diez minutos de la primera parte volvieron a ser un monólogo del equipo vasco que, con más corazón que cabeza, buscó el segundo sin éxito.
Tras el pertinente paso por vestuarios, el Valencia recuperó la calma. Así, Feghouli se inventó un pase mágico entre líneas que dejó solo a Negredo. Su recorte, sin embargo, le dejó escorado a la derecha y la tiró alta y desviada. El vallecano sigue lejos de su mejor estado de forma.
Instantes después era Cancelo, mejor que en otras ocasiones, quien lo probaba por su banda. El Valencia quería quitarse el agobio del Athletic, pero con el paso de los minutos, los leones fueron adueñándose del campo de juego. En el 9, Aduriz, a la salida de un córner falló de forma incomprensible y remató al aire. El Valencia salía a la contra, cada vez con menos ahínco.
El cansancio empezó a pasar factura y, en un pase largo "made in Athletic", Iraizoz la ponía en la cabeza de Raúl García; éste prolongaba para Aduriz quien, de caño, habilitaba para que Susaeta, llegando desde atrás, marcara a placer. 2-1 y todo se complicaba.
Negredo había fallado, los rojiblancos no, por lo que el madrileño se marchó a la caseta por Paco Alcácer en el 64. El cambio, doble, permitió también la entrada de Rodrigo De Paul, en lugar de Bakkali, más fallón en esta segunda parte.
Sin tiempo para reacción, el Athletic marcó el tercero. Jugada de Beñat, éste se la dejaba para que Raúl García condujera la pelota y con el exterior asistiera a Aduriz. El exvalencianista -qué crimen dejarlo escapar por tan poco dinero- batía de tiro cruzado a Jaume. 3-1 y Nuno se sentaba en el banquillo abatido. Se diluía la reafirmación tras dos partidos ganados.
Rodrigo, ¿quién si no? fue la tercera y última apuesta del entrenador valencianista. El hispano-brasileño salió en el 81 por un fundido André Gomes. Fue en vano. El Valencia, con orgullo, se acercó algo a la meta rival, pero fueron esfuerzos en vano para maquillar un mal resultado en San Mamés. Un taconazo de Alcácer y poco más. El Valencia fue condenado por hereje en La Catedral, ya que en este mundo del fútbol, sin gol no hay paraíso.