Con la Liga de Campeones, llegan las ruedas de prensa... largas y tediosas. Al intérprete le toca traducir tanto las preguntas como las respuestas, además de tener unos conocimientos básicos de fútbol y de los equipos que se enfrentan en ese partido. El traductor de la rueda de prensa del Valencia CF en la Ciudad Deportiva le han podido nervios y tanto Feghouli como Nuno intentó ayudarle al máximo en la media hora que duró la comparecencia pública del entrenador ché y del futbolista franco-argelino.
Los nervios de tener a más de 50 periodistas en frente, también compartir mesa con el entrenador del Valencia CF, Nuno Espírito Santo y con el internacional argelino Sofiane Feghouli, le pasó factura al joven traductor. Es verdad que comenzó bien, traduciendo las respuestas de Soso, pero poco a poco se fue dejando cosas en el tintero y no traducía al pie de la letra. Feghouli comenzó a hacer gestos y muecas con la cara para decir que no estaba haciéndolo demasiado bien y fue Nuno el que le dijo en voz baja que se tranquilizara, que aparcara los nervios.
En la intervención de Nuno todo fue a peor e incluso se olvidó de una de las respuestas del técnico valencianista y éste tuvo que repetirla; haciendo pausas tras cada frase para ayudar al joven que estaba pasando un mal rato. De hecho cuando la rueda de prensa terminó, Nuno se despidió de él diciéndole: "Hay que mejorar". Fue el momento de la mañana.
No voy a criticar a un compañero de profesión porque nervios los hemos pasado todos al inicio. Y mentiría si dijese que no entra un "subidón" con cada trabajo en algún momento, incluso con la formación adecuada e intervenciones en instituciones. Lo que resulta curioso es porqué se ha seleccionado (o en base a qué) a una persona tal vez demasiado joven para realizar un trabajo delante de muchas personas. La experiencia previa en este tipo de situaciones es condición sine-qua-non. Repito, seré el último en criticar a un compañero porque yo mismo trabajo en una <a href="http://www.pangeanic.es">agencia de traducción</a> y soy consciente de los retos y dificultades que supone trabajar en cabina, ante la gente y público y ser juzgado, etc. La "culpa" no suele ser del traductor, como tantas veces se dice. Todos tenemos un lapsus al cabo del día y no tiene importancia. Es de quien ha puesto a una persona en una circunstancia que no puede manejar.