El Valencia CF presentó batalla en el Camp Nou tan sólo seis minutos, justo el momento en el que Luis Suárez abrió el marcador. La humillación a la que fue sometido el equipo de Gary Neville no tiene nombre y es que el inglés se vio superado en todo momento por las circunstancias. Su planteamiento tuvo lógica ya que le daba velocidad al Valencia por banda y además, metía por acumulación a mucha gente por dentro para complicarle las cosas a Busquets y a Iniesta, pero se atenazó cuando las cosas comenzaron a ir mal y plagó de anarquía a un equipo que no tiene movimientos trabajados. El Valencia se quedaba sin ideas en ese arranque de partido: perdió la posesión, no pasaba ni de medio campo y las acometidas del Barcelona hacían temblar los cimientos chés.
La presión no se hizo bien y eso fue determinante para que el Barcelona viviera con tranquilidad. Busquets dio una lección de cómo se juega al fútbol y es que el Valencia de Gary Neville no hizo lo que históricamente le ha funcionado a los ché y es apretar en la salida del balón culé para romper la línea de flotación local. Lo hizo Nuno la temporada pasada, en una gran primera parte en la que se bailó a los blaugranas, también Unai Emery sometió al Barça de Guardiola con una banda izquierda (Alba-Mathieu) que fue un quebradero de cabeza. Con esa presión los de Luis Enrique hubieran tenido muchos más problemas en la salida del balón.
A la media hora y con 3-0 en el marcador, Gary Neville decidió mover ficha para reestructurar el equipo: sacó del partido a un mediocentro, a Danilo, para sacar a Feghouli que lo situó en el trivote de la medular. De locos. Antes del mercado invernal se había planificado la llegada de un mediocentro, pero al final se trajo un lateral y un interior izquierdo. En Barcelona hacía falta galones en la medular y tuvo que ser Soso el que jugara en el centro del campo.
Gary Neville buscó con Rodrigo Moreno como falso nueve, la velocidad necesaria para sorprender a la contra. Había sacado a sus hombres más veloces por banda para intentar bloquear y someter a los laterales del Barça, pero ni por esas, lo que se consiguió es que el Valencia no rematara ni un sólo balón de los cuatro que metió en el área porque no tenía un referente en ataque. Tan sólo en el gol anulado por fuera de juego. Además, no funcionó la alternativa por banda, ya que en ningún momento hubo permuta de posiciones entre Gayà y Siqueira en la izquierda, ni de Barragán y Cancelo, en la derecha. Gary Neville perdió su primer partido de Copa y lo hizo por goleada. Ni él es el único culpable, ni tiene toda la responsabilidad, pero el Barcelona desarboló al Valencia con muy poquito.
Quina palissada. Que vergonya. Els jugadors han fet el ridícul. Total decepció !!!.