El Valencia CF recibirá el próximo miércoles en Mestalla al F.C. Barcelona en el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey. Un enfrentamiento que, en circunstancias normales, acapararía la atención del mundo futbolístico por la rivalidad deportiva entre dos de los clubes con mayor historia del fútbol español que cruzan sus caminos en la antesala de una gran final. Sin embargo, lo acontecido en el partido de ida en el que un Valencia CF indolente se dejó infligir un duro castigo en forma de goleada por 7-0, restó de un plumazo toda la emoción propia de una semifinal de Copa del Rey.
El conjunto valencianista tras recibir un contundente baño de realidad, afronta el partido del miércoles con la intención de competir contra un gran rival, ofrecer algún motivo para la esperanza a su afición y conseguir algún tipo de inspiración motivadora para afrontar lo que se le viene encima que no es poco con la permanencia en juego.
El Valencia CF afronta el partido del miércoles con la intención de competir contra un gran rival, ofrecer algún motivo para la esperanza a su afición y conseguir algún tipo de inspiración motivadora para afrontar lo que se le viene encima que no es poco con la permanencia en juego.
En este contexto y con la perspectiva que conceden los datos, las posibilidades de una posible remontada son prácticamente impensables. Así lo acredita la estadística histórica ya que en los 16 precedentes que existen, nunca nadie ha conseguido remontar un 7-0 conseguido en el partido de ida.
No es la primera vez que el Valencia CF se encuentra en esa tesitura. En 1928 los de Mestalla fueron arrollados por la Real Sociedad (7-0) en Donostia, sin embargo, en la vuelta, los chés salvaron la honra consiguiendo un triunfo ante sus aficionados (3-2). Un referente muy lejano en el tiempo pero del que los actuales jugadores pueden tomar para comenzar a revertir la difícil situación en la que se encuentran.