Se da la circunstancia de que el último partido de Nuno al frente del Valencia se disputó el 29 de noviembre de 2015 en el estadio Sánchez Pizjuán de Sevilla, campo al que el conjunto valenciano regresa este fin de semana.
Desde aquel encuentro al de la próxima jornada, el Valencia ha tenido a Gary Neville, Pako Ayestarán y a su actual entrenador, Cesare Prandelli, en el banquillo, además de haber completado a las órdenes de Salvador González "Voro" dos etapas de provisionalidad.
Algo ha cambiado el Valencia en cuanto a nombres, pero no en su dinámica competitiva, que no ha mejorado tras la destitución de Nuno, técnico que en la campaña 2014-2015 había llevado al equipo a la Liga de Campeones, pero que empezó el pasado campeonato con malos resultados.
Peor que hace un año
En el momento de su marcha, el Valencia sumaba 19 de los 39 puntos disputados y ahora, un año después, cuenta con 11 de 36. Entonces tenía opciones de seguir en la Liga de Campeones. Ahora no compite en Europa.
El fútbol desarrollado por el Valencia y la personalidad de Nuno, estrechamente vinculado al máximo accionista del club, Peter Lim, y al agente de jugadores Jorge Mendes, no entusiasmaba a la afición, pero tras su destitución no ha habido evolución positiva.
Desde hace un año, el Valencia ha jugado cincuenta partidos de competición oficial entre la Liga, la Copa del Rey y los torneos europeos del pasado campeonato (Liga de Campeones y Liga Europa), de los que solo ha ganado diecisiete, una tercera parte.
El equipo quedó eliminado en la pasada Liga de Campeones y cayó en octavos de final de la Liga Europa ante el Athletic de Bilbao, además de sufrir una humillante eliminación en semifinales de la Copa del Rey con una derrota en el Camp Nou ante el Barcelona por 7-0.
Suso, de mal en peor
La Liga 2015-2016 acabó con Ayestarán en el banquillo tras la llegada y despedida de Neville y con el Valencia duodécimo con 44 puntos, seis por delante del descenso y ocho por detrás de las posiciones europeas. Ya con Suso García Pitarch como director deportivo, el equipo siguió arrastrándose sin encontrar un perfil de juego claro y sin lograr que los refuerzos den el rendimiento esperado.
Este verano ha sido especialmente catastrófico por lo que a la confección de plantilla se refiere, pues al final quedó un grupo corto (18 jugadores del primer equipo de campo) e incompleto (sin 6, sin 9 y escaso de centrocampistas).
Por todo ello, no ha sido mejor el comienzo del actual campeonato, incluida la destitución de Ayestarán y la llegada de Prandelli a un equipo con carencias.
No está, por lo tanto, el Valencia mejor que hace un año a pesar de que en la etapa de Nuno, la personalidad deportiva del equipo ya estaba lejos de mostrarse definida.
El problema de los porteros, Gayà y las carencias de la plantilla
En la actualidad, el Valencia cuenta con tres porteros de garantías (Diego Alves, Matt Ryan y Jaume Doménech) de los que uno siempre queda fuera de la convocatoria, pero en la defensa, con independencia de los que jueguen, el equipo no transmite seguridad.
La intermitencia de José Luis Gayá en el lateral izquierdo también lastra al equipo, al tiempo que en la derecho Joao Cancelo es más un atacante que un defensor y solo hay un futbolista específico para esa posición: Martín Montoya.
Faltan, a su vez, centrocampistas de contención, ya que solo Mario Suárez y, en menor medida Enzo Pérez, son especialistas en esa posición, con Dani Parejo y Álvaro Medrán, que apenas juega, como únicos jugadores ofensivos en la medular.
Sin un nueve de referencia, los atacantes que tiene el Valencia son casi todos hombres de banda. La compensación de la plantilla es el principal objetivo para el parón de Navidad, cuando se cumplirán catorce meses de la marcha de Nuno.
La vida deportiva del equipo, por tanto, sigue igual con visos a empeorar