El segundo fichaje de invierno del Valencia CF disputó sus primeros 45 minutos con su nuevo equipo y no tuvo el estreno soñado por cualquier jugador, ya que le tocó salir con el partido muy cuesta arriba, con 0-2 en el marcador, con un hombre menos sobre el césped tras la expulsión de Carlos Soler y con los ánimos crispados por parte de la grada. Fue la segunda parte más larga que se recuerda en Mestalla y eso que hubo varias esta temporada como la del Celta en Copa en el que el Valencia jugó más de 70 minutos con 0-3 en el marcador.
El centrocampista chileno lo intentó todo, en ataque buscó asociarse siempre e hizo gala de su velocidad, pero aún le falta recuperar esa chispa que le hizo ser tan desequilibrante en el Celta. La inactividad le pasó factura, llevaba un mes sin competir y no logró zafarse de sus marcadores tanto de Arbilla por la derecha como de Capa cuando lo intentó por la izquierda. Donde más trabajó fue en defensa ya que en muchas ocasiones tuvo que cerrar la banda de Montoya quien se sumó al ataque de manera continua.
Orellana disputó 45 minutos, quizás más de lo que esperaba, pero el partido estaba muy complicado y Voro buscó en él al revulsivo que le hacía falta para tratar de darle la vuelta al partido. De hecho, el chileno fue de os futbolistas más entonados desde su entrada, siempre con la portería entre ceja y ceja, pero no tuvo suerte. Una de la mejores ocasiones en ese segundo tiempo fue un intento de vaselina de Orellana sobre Yoel, que el meta gallego tuvo que despejar como pudo a córner. Parece poco el bagaje pero es que el partido estaba muy complicado y el Valencia estaba intentando sobrevivir hasta que Munuera Montero pitara el final del partido.