El lateral del Valencia CF, Joao Cancelo, sacó su mejor versión justo en el día en el que podía haber vivido su peor partido en Mestalla desde que viste la camiseta ché, ya que su gesto de protesta ante el público de Mestalla al que mandó callar cuando anotó el tercer gol valencianista ante el Depor el pasado fin de semana, encendió a la desesperada afición ché que está pasando una de las peores temporadas que se recuerdan en el estadio desde el año del descenso.
Su rápido arrepentimiento nada más acabar el choque apaciguó las críticas y ha menguado los ánimos de la afición ché, pero ante el Celta se le miró con lupa ya que no le iban a dejar pasar ni una más y de aquí a final de temporada está señalado. La afición ché se la tenía guardada y por eso se le miró con lupa durante todo el partido. Pero Cancelo sabía que la mejor terapia para acallar las posibles protestas era el hacer un gran partido ante los de Berizzo y así lo hizo porque fue el mejor valencianista sobre el césped en el primer tiempo.
Secó a Bongonda en ataque e incluso le sacó una amarilla a la media hora de juego, lo que le hizo que perdiera prestaciones en ataque al belga, pero sobre todo se erigió como el futbolista ché más destacado por como defendió y ayudó a sus compañeros, trabajando mucho en la primera presión sobre el conjunto celeste y el Valencia CF se mostró mucho más activo por esa banda derecha que por la izquierda de Siqueira. Y eso que en esa primera hora le tocó achicar mucha agua al Valencia ya que el Celta disparó cinco veces sobre la meta de Alves por tan sólo una ocasión blanquinegra.
Pero el momento cumbre de la primera parte de Cancelo llegó en el minuto 37 cuando llegó a línea de fondo haciendo gala de su potente zancada y le dio el gol a Parejo para que empatar el choque 1-1. Joao lo celebró como si hubiera sido él mismo el que hubiera anotado el tanto porque flexionó las piernas, apretó los puños y mirando a la grada sur sacó toda esa rabia que llevaba contenida. Nada más felicitar a Parejo, volvió a juntar sus manos, echó la mirada perdida a la grada de Mestalla y pidió perdón. Es la tercera vez que el internacional portugués pedía perdón en menos de tres días.
En la segunda mitad siguió a la suyo, marcó la raya y cerró su banda derecha por donde el Celta estaba completamente desarticulado, pero no sólo fue el mejor defensivamente, en ataque también siguió teniendo mucha presencia, de hecho la primera jugada de peligro del conjunto ché en el segundo tiempo llegó tras un remate del internacional luso que acabó golpeando en el cuerpo de Sergio Álvarez y estrellándose en el larguero de la meta del equipo celeste. Cancelo dejó su mejor partido de los últimos meses y al final volvió a dirigirse a la grada y pidió de nuevo perdón. Pues estás perdonado jugando así.