Santi Mina, jugador del Valencia CF, acabó con las rodillas ensangrentadas tras la victoria del conjunto de Mestalla contra la Real Sociedad en la que él fue determinante al conseguir los dos goles del encuentro. El gallego, que está en un estado de forma excepcional, ha conseguido a base de goles y sangre la titularidad en el Valencia de Marcelino y promete dar guerra para que nadie lo desbanque. Sus heridas de guerra son buena prueba de ello.
Nada más acabar el partido Santi Mina acababa su intervención ante las cámaras de beIn Sports diciendo: "Estamos aquí por méritos propios y ahora en la recta final no vamos a aflojar porque el camino ha sido duro". El plano de la cámara, cerrado, no dejaba ver más que la parte superior del cuerpo. De la cintura para arriba. Nadie podía imaginarse que, en el caso de Mina, esa dureza se había transformado en sangre en sus dos rodillas.
El delantero gallego, todo pundonor, había peleado hasta la extenuación. Fruto de su presión llegó, por ejemplo, el segundo gol. A Toño Ramírez se le escapó, pero Mina estaba ahí para rematarla, dentro del área. Aún después tuvo dos acciones más en las que acabó arrastrado por el césped de Mestalla
El detalle de sus rodillas, sin embargo, saltó a la luz poco después. Mina había sido goleador y protagonista en el duelo en el que Dani Parejo cumplía 200 partidos en Primera con el Valencia. El capitán, al que el club le regaló una camiseta conmemorativa, colgó una foto en sus redes sociales junto a sus compañeros.
Este es el twitter que colgó Dani:
Orgulloso. Agradecido. Feliz por tres puntos más en Mestalla. #Amunt pic.twitter.com/6w4e6lXAMC
— Dani Parejo (@DaniParejo) 25 de febrero de 2018
Abajo, tumbado, extenuado, aparecía Mina y, al hacer grande la imagen se aprecia como Mina acabó ensagrentado.
Ni el excelente y cuidado césped de Mestalla pudo evitar que el gladiador gallego terminara hecho un eccehomo.