El alcalde de València, Joan Ribó, ha asegurado que han sido "comprensivos durante un tiempo" con el retraso de la reanudación de las obras del Nuevo Mestalla, el futuro estadio del Valencia CF, aunque ha señalado que la comprensión "no va a ser eterna" y ha defendido que el Ayuntamiento tiene "intereses", por lo que reclama al club "la máxima celeridad".
Durante "Los Desayunos de la Agencia Efe en el Colegio de Abogados de Valencia", Ribó ha reconocido que se ha tomado "con tranquilidad" el asunto del nuevo estadio, ubicado en la Avenida de Las Cortes, y ha añadido que, aunque desea que esté finalizado "lo antes posible", hay cuestiones que "siempre van más despacio" de lo que quisiera.
El discurso de Joan Ribó ha cambiado ligeramente después de que hace poco más de una semana se mostrara más comprensivo con la entidad tras desvelar que pondrán "todas las facilidades" y adelantó que visitarán próximamente el recinto valencianista. El conjunto de Mestalla solicitó nuevas licencias tras el rediseño de 2017 que, necesariamente, retrasarán los plazos que marca la Actuación Territorial Estratégica y que señalaba 2021 como fecha tope para estar construido. Si bien es cierto, en esa comparecencia Ribó, recordó que "no nos gusta la figura del estadio a medio construir, no es bonito para la ciudad y nos gustaría que las obras se pusieran en marcha lo antes posible".
Hay que recordar que el Nuevo Estadio de Mestalla lleva parado desde el 25 de febrero de 2009, cuando el club, por falta de liquidez y ante la fuerte inversión necesaria, detuvo "temporalmente" la construcción, un parón que casi una década después se alarga mucho más de lo deseado.
Aunque la previsión del proyecto original que comenzó a construirse en 2007 era de un estadio para 75.000 espectadores, el proyecto final presentado en octubre de 2017 tendrá algo más de 50.000 localidades pero con posibilidades de ampliarse hasta los 65.000 para proyectos concretos, como una final de la Liga de Campeones, que requiere un aforo mínimo de 60.000.