El Valencia CF cayó en Vitoria donde el rival aprovechó los regalos defensivos del conjunto de Marcelino para remontar el gol inicial de Dani Parejo. El Alavés-Valencia estaba designado como un duelo jugado de poder a poder entre dos rivales directos y, por desgracia para los intereses valencianistas, el Alavés fue mejor y los de Mestalla clavaron la actuación de toda la temporada. Los valencianistas de nuevo mostraron sus carencias psicológicas, el miedo a perder que el técnico puso de manifiesto en la previa, y la falta de acierto.
De inicio Marcelino sorprendió sacando a Piccini en el costado derecho. El técnico cambió por primera vez el sistema y de inicio formó con un 1-5-3-2 buscando la consistencia defensiva a pesar delas numerosas bajas. El Alavés, a priori, daba pavor y el técnico dispuso tres centrales -Diakhaby, Garay y Gabriel- con dos carrileros como Lato y Piccini. En el medio Parejo se retrasó para crear desde atrás dejando a Wass y Cheryshev como canalizadores para enganchar con Mina y Rodrigo.
La cosa parecía funcionar y, desde el principio, el Valencia llevó el peso del juego y generó las mejores ocasiones. En una de ellas, Cheryshev fue cazado en la frontal y Parejo no desaprovechó la ocasión para, a balón parado, lograr el 0-1. De forma magistral el capitán ponía en ventaja a su equipo. Ahora quedaba lo más difícil: que no entrara el miedo a ganar y aguantar el partido. Y cómo no, a las primeras de cambio, se dejó empatar. Un doble error de Diakhaby, primero a la hora de para a Jony, y después en el despeje de un córner, propició que Borja Bastón remachara un balón muerto para igualar la contienda. La alegría duró siete minutos. (1-1)
Es frustrante, pero es la historia del Valencia toda la temporada. Juega bien, se pone por delante, hace méritos, pero con muy poco le hacen mucho daño.
Es frustrante, pero es la historia del Valencia toda la temporada. Juega bien, se pone por delante, hace méritos, pero con muy poco le hacen mucho daño.
Si hay un miedo superior al de ganar, es el miedo a perder. Por eso, tras el empate, el duelo entró en una fase en la que las ocasiones claras brillaron por su ausencia. Las defensas se imponían con claridad a los ataques y sólo alguna genialidad de Parejo o alguna internada de Lato alteraron el statu quo del choque antes de que Rodrigo y Mina generaran la ocasión más clara del Valencia antes del descanso. El gallego se la puso en profundidad al internacional español que, ante la salida de Pacheco, la cruzó en exceso.
La réplica vitoriana fue aún más contundente. Con el tiempo cumplido, el Deportivo Alavés estrelló el balón en el larguero, la jugada acabó en córner. En el saque de esquina, tras un mal despeje de Gabriel Paulista, la pelota quedó suelta y Tomás Pina, llegando libre de marca, anotaba el 2-1. Menudo mazazo. El miedo a perder, a no saber ganar se hacía de nuevo patente. En la tarde de Reyes, los regalos en Mendizorroza los hizo el Valencia.
Menudo mazazo. El miedo a perder, a no saber ganar se hacía de nuevo patente. En la tarde de Reyes, los regalos en Mendizorroza los hizo el Valencia.
Tras el paso por vestuarios, a modo de grotesca continuidad de la primera mitad, el Valencia se durmió y solo la fortuna y un acertadísimo Neto evitó el 3-1. Desde la banda Marcelino animaba y tranquilizaba a los suyos que, una vez más, estaban pecando del defecto que les lastra toda la temporada: falta de confianza.
Marcelino echó en mano de Ferran Torres a la hora de juego. El canterano nada más salir puso un centro medido a Rodrigo que, de cabeza, la tiró fuera. Poco después entraría Michy Batshuayi por Lato. El equipo se sumió en una especie de oda al caos táctica con tantos delanteros y los tres centrales clavados atrás y Ferran Torres como mediocentro improvisado. Hasta el canterano, con la calidad que tiene, parecía descolocado. Del desorden nada podía nacer. Aún así Batshuayi tuvo una gran ocasión para empatar. El ariete se durmió tras un error en el despeje del Alavés y, cuando se iba solo contra Pacheco, Laguardia le desequilibró lo suficiente. Ahí murió el Valencia.
El partido ya no cambiaría de signo y la derrota vuelve a dejar los puestos europeos a un mundo de distancia.
Y lo más triste de todo es que han sido incapaces de generar peligro en toda la segunda parte hasta casi el final con un centro que ha vuelto a no rematar bien Rodrigo. ¿Nadie les recuerda que se ataca por las bandas y no por el centro?. En fin, otro partido frustrante....seguiremos animando, pero esta plantilla no da para más. Besos Cartageneros!!!