Una emotiva estatua de bronce en un asiento de la Tribuna de Mestalla es el homenaje del Valencia CF a todos los que han traído al club hasta aquí. Es, desde ya, la estatua del Centenario, que a partir de este domingo, último partido antes del Centenario, será un nuevo símbolo del sentimiento valencianista.
Así, Mestalla albergará una escultura cargada de emotividad, única en el fútbol de élite, que "simboliza el homenaje del Valencia CF a todos los valencianistas que lo han traído hasta aquí gracias a su amor por el club. Ser del Valencia CF es un Sentiment Etern que se lleva en el corazón, que se alimenta y crece de generación en generación, superando cualquier dificultad, con una misma voluntad de querer llegar", explica el club en un comunicado.
Mestalla albergará una escultura cargada de emotividad, única en el fútbol de élite, que simboliza el homenaje del Valencia CF a todos los valencianistas que lo han traído hasta aquí
En memoria de todos los que han traído al Valencia CF a cumplir sus cien años de vida y que ya no están, a partir del partido del próximo domingo ante el Getafe CF, habrá una escultura colocada en el asiento 164 de la fila 15 en la Tribuna Central con la que se les rendirá homenaje a todos ellos, que estarán siempre presentes, porque el Valencia CF es un Sentiment Etern.
Una emocionante historia se esconde tras este homenaje universal a todos los que han compartido durante un siglo el sentimiento valencianista. A esa butaca de tribuna acudía partido tras partido Vicente Navarro Aparicio, socio número 18 en el momento de fallecer. Sufría y sentía acompañando al Valencia CF lejos de Mestalla, como en la final de la Copa de 1967 que se ganó al Athletic Club, pero a sus 54 años perdió la visión por un desprendimiento en la retina. Dejó de ver… pero no de sentir. El Valencia CF seguía, incluso más fuerte, en su corazón. Vicente no dejó de acudir a Mestalla junto a su hijo. Vivía los partidos, sentía el Valencia CF, disfrutaba con un ambiente único mientras su hijo le narraba las jugadas, siendo la temporada del Doblete de 2004 el año más feliz de su vida, compartiendo la emoción pura de miles y miles de corazones como el suyo.
Hoy no está físicamente entre nosotros, como tantos otros valencianistas que nos han dejado en esta historia Centenaria del Valencia CF. Pero no se lo va a perder. Desde hoy y para siempre, convertido ya en un símbolo que pasa a representar, para la eternidad, a todos los que han sentido, sienten y sentirán por siempre la emoción de ser del Valencia CF.