Mestalla vivió uno de sus noches más raras por lo que sucedió en la grada. Comenzó ajena al partido, más pendiente de roces entre sectores que de lo que sucedía sobre el césped. Sin embargo, en la segunda parte la unión se impuso y los 44.274 espectadores presentes en Mestalla acompañaron al unísono al Valencia CF hacia la victoria contra el Real Madrid (2-1).
La Curva Nord cumplió lo que anunció a través de un comunicado y no animó durante la primera parte del Valencia-Real Madrid. Fue su forma de protestar contra el reparto de las entradas de la final de la Copa del Rey que considera injusto.
La iniciativa de la Curva Nord no fue bien recibida por el resto del estadio. Un sector de la afición se mostró fue muy crítica con el silencio de la grada joven y así lo dejó claro durante algunos minutos. "¿Dónde está la Curva?", se preguntaban en sus cánticos y la Curva respondió.
Esto generó un ambiente extraño en Mestalla, en el que dos sectores de la afición de enfrentaban mientras en segundo plano se estaba jugando un Valencia-Real Madrid.
Tras el intercambio de opiniones inicial todo se calmó y el partido se convirtió en la principal preocupación de los asistentes a Mestalla. Y por si todavía faltaba un ingrediente más para culminar la unión de la grada, llegó el gol de Gonçalo Guedes.
El tanto del portugués desató la locura y Mestalla recuperó la voz al grito de los clásicos "¡a por ellos, oe!" y "¡Valencia, Valencia!".
En la segunda parte, la Curva Nord puso fin a su huelga de animación y contribuyó encender todavía el ambiente de Mestalla en favor del Valencia CF. La afición fue una y juntos acompañaron al equipo hacia el triunfo para sumar tres puntos clave en la pelea por los puestos de Champions. En este caso, lo que empezó mal acabó de manera inmejorable.