El delantero danés Nicki Bille Nielsen -ex del Villarreal, Elche y Rayo Vallecano- y primo del jugador del Valencia CF, Daniel Wass, ha sido condenado a cuatro meses de prisión incondicional por un juzgado de Copenhague por varios episodios violentos protagonizados en los últimos meses.
Nielsen, de 31 años y sin equipo desde octubre, fue condenado por romperle la nariz de un puñetazo a un portero de una discoteca, amenazar a una enfermera, amenazar a un ciclista con una pistola de aire comprimido y por posesión de cocaína.
El jugador, que se declaró inocente de los dos primeros cargos, estuvo hospitalizado varias semanas al ser tiroteado con una escopeta de perdigones en su casa las pasadas Navidades.
El juez rechazó hacer condicional la pena por el historial delictivo del jugador -primo del centrocampista del Valencia Daniel Wass-, aunque insinuó la posibilidad de que pueda cumplir la condena con una tobillera electrónica sin entrar en la cárcel.
El juez rechazó hacer condicional la pena por el historial delictivo del jugador, aunque insinuó la posibilidad de que pueda cumplir la condena con una tobillera electrónica sin entrar en la cárcel.
Nicki Bille, como se conoce al jugador, ya fue condenado en 2015 a 60 días de prisión condicional y a trabajos comunitarios por un altercado nocturno con la policía en Copenhague, en el que llegó a morder a un agente.
En junio pasado estuvo un mes en prisión en Mónaco por agredir a dos mujeres en la calle, lo que le costó que su club, el Panionios griego, le rescindiera el contrato.
El delantero danés fichó entonces por el Lyngby, de la Segunda división de su país, pero acabó también despedido en octubre al ser detenido de nuevo por la policía por amenazar a un ciclista.
Nicki Bille, que ha sido tres veces internacional con la selección absoluta, fue fichado por el Villarreal en 2010 tras destacar con la sub-21 de su país, aunque jugó sobre todo en el filial y luego fue cedido al Elche y al Rayo Vallecano.
De España saltó el Rosenborg noruego, de donde pasó al Evian francés y el Lech Poznan polaco.
"He quedado dañado de por vida por esto. Mi carrera futbolística, por la que he luchado toda mi vida, quizás se haya acabado", dijo en el juicio, en el que admitió pérdida de movilidad en el brazo derecho por los disparos recibidos.