El Valencia CF quedó eliminado de la Europa League y no jugará la final de la competición en Bakú al perder en Mestalla por 2-4 el partido de vuelta. El Arsenal no fue mucho mejor que los valencianistas pero demostró tener una pegada descomunal convirtiendo en gol casi cada una de sus llegadas. La defensa hizo aguas el día que Mestalla cerraba filas para conseguir romper la maldición de las dos finales. Aubameyang, con un hat-trick y Lacazzette dejaron en nada el doblete de Gameiro y los esfuerzos de una hinchada que sí estuvo a la altura.
Envalentonado por su hinchada, el Valencia CF salió a por todas. Pasara lo que pasara, el Arsenal no iba a irse de rositas sin sufrir. Monsieur Europa, esto es Kevin Gameiro, avisó en el cinco de las intenciones de su equipo. Mestalla, lleno hasta la bandera, vibraba con cada acción valencianista. Poco después eran Gayà y Guedes ¡Qué banda! los que se inventaban una buena jugada acabada con un cañonazo del portugués alto. El gol se mascaba y llegó como suele hacerlo el Valencia. A la contra.
Parejo la sacó, Rodrigo hizo una pared al espacio con Guedes y se la puso a Gameiro que, llegando como una exhalación, marcaba el 1-0. La UEFA es su competición y lo hace todo. Hasta desviar un balón de Rodrigo con marchamo de gol en el 12. ¡Qué noche! ¡Qué partido! ¡Qué pena! Pues casi a la jugada siguiente Aubameyang, aprovechando un rechace irregular de Gabriel que despistó a Garay, y quizá, ayudándose con la mano, anotó con el exterior el 1-1. La asistencia de Lacazzette con la cabeza, clave. Tocaba empezar de nuevo.
El Arsenal adelantó su línea de cinco para ahogar a Guedes y Rodrigo, para no dejarles recibir con comodidad. Eso, sin embargo, dejaba muchos espacios a su espalda que Gameiro y Guedes podían aprovechar con su velocidad. En una de esas, ya al filo del descanso, Torreira tuvo que frenar al internacional portugués por detrás cuando enfilaba a Cech. La falta, lanzada magistralmente por Parejo, salió fuera por poco.
A los de Unai Émery, por contra, les bastaba con hacerles llegar la pelota al medio a Aubameyang y Lacazzette para generarle problemas al Valencia. Al descanso, el juego no había perdido nada de intensidad. Gayà apuraba la línea y era amonestado (¿?) cuando caía cazado por un rival. En la grada, para qué contarles, la afición vibraba y creía.
Quedaba mucho para arrojar la toalla, pero el 1-2 convirtió la noche épica en quimera.
Quedaba mucho para arrojar la toalla, pero el 1-2 convirtió la noche épica en quimera. Gayà perdió un balón y, por mucha falta que pidiera, Makkelie dejó seguir. La pelota llegó a Lacazzette que, a la media vuelta desde la frontal, batió a Neto.
La consecuencia inmediata fue la salida al campo de Carlos Soler por Piccini. Desde luego, en la primera hora de partido casi todo el peligro llegó por la izquierda y la apuesta le funcionó a Marcelino. De hecho, a la primera que pudo, Wass se desdobló para recibir el balón de Parejo. El danés se la cedió a Rodrigo que, con un centro chut, habilitó para que Gameiro hiciera el 2-2. Casi no hubo celebración. Quedaba media hora para lograr tres tantos. Mestalla creía y el equipo también, pero el cansancio, el del mazo, empezó a dejarse ver en la calurosa noche de Valencia y en un despiste de nuevo Maitland-niles la puso medida para que Aubameyang hiciera el 2-3.
En ese momento Marcelino entregó la cuchara de madera. Sentó a Guedes y Rodrigo pensando en LaLiga y sacó a Ferran Torres y Mina.
El partido, sin embargo, no se había acabado. Ni reamuntada, ni final, ni nada. La defensa había hecho aguas en el día que estaba prohibido fallar y Aubameyang lo aprovechó para redondear su gran noche.
Una tangana entre Gabriel y una nube de jugadores inglesas puso el punto final a una noche fatídica.