Valencia Champions club
El Valencia CF ya es de Champions. Los de Marcelino se lo han currado y, tras una remontada espectacular en LaLiga llegaron a Pucela dependiendo de sí mismos y no perdonaron. Su victoria por 0-2 en el Nuevo Estadio José Zorrilla deja al equipo en la cuarta plaza final de la competición y les catapulta directamente a la próxima edición de la Liga de Campeones.
Se lo han currado y se lo han merecido y dejan con un palmo de narices a sus oponentes y a sus detractores. El triunfo, el premio, además, es un espaldarazo de confianza para la final de Copa de dentro de una semana en Sevilla. Pero eso, será otra historia. Ahora lo que toca es disfrutar con lo conseguido, con un triunfo ante un millar de valencianistas que no dejaron solo al equipo la capital castellano.
Por ellos, y por Peter Lim, cinco años ya entre nosotros, el Valencia CF hizo los deberes y ganó. Venció al Valladolid cuando supo transformar sus nervios en intensidad y acierto.
Y es que, el Valencia comenzó impreciso, con ganas pero sin acierto. Los centros no encontraban rematador y los regates no salían. Por contra, el rival, sin presión, se gustaba y estrelló el balón en el palo casi al tiempo que el Getafe marcaba y añadía más picante a la última jornada. Mina estrellaba el balón en el pecho de Yoel, exvalencianista y gallego como él, en la mejor opción de los de Marcelino en los primeros compases del encuentro. Atrás, los problemas se acumulaban. Jaume sacó con el pie una pelota de Verde que había hecho un extraño. El futbolista, ofrecido en el pasado, era un quebradero de cabeza para los valencianistas que seguían con sus imprecisiones hasta que en el 35 una presión adelantada de Rodrigo propició el 0-1.
El internacional se la cedió a Santi Mina que, tras una gran jugada personal, se la cedía a Carlos Soler que, de tiro preciso, marcaba un gol de Champions. Por segunda semana el canterano marcaba y encarrilaba la Champions.
El Valencia salió de nuevo nervioso en la segunda mitad, pero el Valladolid estaba dispuesto a que Bordalás no jugara la Champions. De nuevo una presión adelantada propició un error infantil de los castellanos. Dani Parejo robó fácil a Alcaraz (el verdugo en la primera vuelta) y se la cedió a Rodrigo que, a placer, anotó el 0-2. El partido estaba sentenciado y Marcelino movió su banquillo pensando en la final de Copa.
Así, salieron Kondogbia, volvía a jugar tras 42 días batiendo cualquier previsión médica, y Gameiro, que sentó a Rodrigo, indiscutible en Sevilla. Ferran por Mina completaría la tripleta de cambios. Guedes acabaría la Liga en punta pero con la mente en la Champions.
El equipo lo celebró a lo grande. Han sufrido, pero ya son de Champions.