Alfonso Gil
Valencia, 13 ago .- El Valencia afronta la temporada 2019-20 con el objetivo de mejorar la gran campaña anterior, pero tras un verano con turbulencias en su cúspide que el valencianismo espera no influyan negativamente sobre un equipo cuya composición definitiva no está ultimada.
Tras la conclusión del pasado ejercicio ya se habló en el entorno del conjunto de Mestalla sobre mejorar lo conseguido en un año en el que a la cuarta posición en la Liga y la consiguiente clasificación para la Liga de Campeones, el equipo añadió una semifinal de Liga Europa y el título en la Copa del Rey.
Para esta exigente empresa, se empezó a trabajar con un ambiente aparentemente tranquilo y con la percepción exterior de un funcionamiento coordinado, hasta que a finales de julio saltó en el seno del club una crisis profunda.
Súbitamente vieron la luz las discrepancias por cuestiones deportivas en torno a la política de altas y bajas entre el máximo accionista, Peter Lim, y el director general Mateu Alemany, con cuyas ideas comulgaba al cien por cien el técnico, Marcelino García Toral.
Formalmente la crisis se presentó poco días después como superada, las aguas han vuelto al cauce de la normalidad y sólo resta saber, los resultados deportivos lo dirán, si la herida ha cicatrizado o si se aproxima alguna nueva tormenta.
Si lo ocurrido se queda en un paréntesis, el enfoque deportivo de la campaña no ofrecerá más novedad que la de las salidas y entradas de jugadores, puesto que Marcelino será fiel a sus principios técnicos, tácticos, físicos y estratégicos en el que va a ser su tercer proyecto en Mestalla.
En los últimos encuentros de pretemporada, los jugadores que ya estaban en el equipo hace un año han sido la base de la campaña que ahora comienza, a la espera de pequeños retoques y de que se produzca alguna salida.
Pese a contar con esa base, la portería ha sufrido una variación importante con la salida de Neto Murara hacia el Barcelona y la llegada, procedente del club catalán, del holandés Jesper Cillessen.
Por lo visto hasta ahora, es difícil asegurar quien será, entre los dos guardametas que estuvieron frente a frente en la última final copera, Cillessen y Jaume Doménech, el titular en la Liga.
Piccini y Wass son los dos laterales derechos, mientras que en el eje de la retaguardia falta el fichaje de un cuatro central para acompañar a Garay, Gabriel Paulista y Diakhaby, de la misma forma que hace falta una alternativa a Gayà en el lateral izquierdo tras la marcha de Toni Lato.
Mientras tanto, en la medular, Carlos Soler y Ferran Torres son los dos hombres de la banda derecha, con la opción de que allí juegue Kang In Lee, el jugador surcoreano sobre el que han girado algunas de las desavenencias entre Lim y Alemany.
El capitán Parejo, imprescindible para Marcelino, tendrá como acompañante a Kondogbia o Coquelin, mientras que Guedes y Cheryshev son las bazas para la otra banda.
Con absoluta fidelidad al 4-4-2, el técnico asturiano cuenta en ataque con Gameiro, Rodrigo y Maxi Gómez, con la posibilidad de añadir un cuarto atacante para completar la columna vertebral del Valencia, con Manu Vallejo o Jason como posibles apuestas.
El Valencia debutará en Liga contra la Real Sociedad y hasta última hora es posible que la plantilla no esté cerrada, tal y como ha ocurrido otros años. El objetivo a corto plazo no será otro que alcanzar lo antes posible su velocidad crucero en el campeonato.