Depresión post-Copa

El Valencia CF no pudo zanjar las heridas abiertas con los casos de Rafinha o Rodrigo con una victoria ante la Real Sociedad. Toca esperar acontecimientos.

El Valencia CF y el valencianismo nos hemos metido nosotros solitos en una espiral autodestructiva un tanto extraña este verano. Pensé que el fútbol, LaLiga, la competición pondría punto y final a algunos desatinos vividos este verano. Ni por esas. Un empate in extremis que dolió y mucho no reabrió más heridas, pero no dejó cicatrizar las que había abierto el caso Rodrigo, el buen juego de Rafinha con el Barça y la falta de gol del equipo. ¡Cuánto recuerda el empate contra la Real a los cosechados la temporada pasada!

El Valencia CF no pudo zanjar las heridas abiertas con los casos de Rafinha o Rodrigo con una victoria ante la Real Sociedad. Toca esperar acontecimientos.

En todo caso, esa reminiscencia del pasado debe servirnos para esperar que sea una ligera depresión post-Copa y que, con paciencia, las cosas vuelvan a su cauce. Este sábado, cuando la Real empató, volaron los argumentos y se me quedó cara de tonto. Únicamente queda echar mano del refranero y dar por sentado que esto no es como empieza, sino como acaba. La campaña anterior del Valencia CF es una buena prueba de ello.

Quedan dos semanas para que acabe el mercado de fichajes. Y, paradójicamente, el tiempo que queda para reforzarse puede convertirse en un bálsamo o en un mejunje que emponzoñe aún más la situación. Porque no me digan que no es raro ver al deseado Rafinha dando una lección de fútbol en San Mamés y al casi traspasado Rodrigo de titular en Mestalla. Cosas veredes amigo Sancho, que diría aquel.

En todo caso, será un período que dictará cómo quedan las relaciones internas y la confección de la plantilla que tiene ante sí el difícil reto de igualar lo conseguido la temporada pasada. Feliz semana.

David Torres

Delegado de ElDesmarque en Valencia