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El día que Carboni se presentó en Mestalla y levantó a Figo

Carboni, un ídolo en el Valencia (Foto: Valencia CF)
ElDesmarque

Se cumplen 22 años de un Valencia-Barcelona que sirvió de tarjeta de visita a Amedeo Carboni. Aquel día España conoció que el bravo lateral italiano no se andaba con chiquitas. Dos décadas y numerosos títulos conseguidos con el Valencia CF después es un ídolo en Mestalla aunque sus inicios fueran abruptos.

Cuando alguien piensa en el cáracter del Valencia CF, en un equipo duro, correoso difícil de batir, se ha de remontar necesariamente al conjunto de finales de siglo pasado y principios del presente que terminaría convirtiéndose en el el mejor club del mundo en 2004. El lateral izquierdo indiscutible durante una década debutó un 8 de septiembre de 1997. Aquel día duró en el campo 44 minutos. Era el día de su debut en España y Mestalla tembló. El Valencia perdió, no por él, sino porque el Barça había marcado en el primer minuto y el 0-2 de penalti en el 38. Seis minutos después Carboni levantó a Figo en el medio campo, era la segunda amarilla y se fue al vestuario.

El inicio no fue nada fácil. En cinco partidos le expulsaron dos veces, el equipo necesitaba asentarse, despidieron a Valdano y llegó Ranieri que no comulgaba con el fútbol de los Romario, Ortega, Marcelino Carioca, Moussa Saib etc... El italiano empezó a formar un grupo en el que Carboni era uno de su guarda.

La historia de Carboni, el ídolo

Llegó al club de Mestalla con 29 años, pero lejos de considerar la ciudad del Turia como un relajado lugar de retiro, rindió al máximo nivel durante nueve temporadas, en las que ganó dos Ligas, una Copa, una UEFA, una Supercopa de España y una Supercopa de Europa. Carboni llegaba con la vitola de haber sido Il Capitano en la gran AS Roma y su contrato, que firmó Roig en una servilleta, despertó dudas por su edad. Nada más lejos de la realidad. 

Carboni en el partido de Leyendas (Foto: Valencia CF)

El italiano fue capitán a pesar de ser extranjero, un santo y seña y un valenciano más. Gozó y sufrió como su hinchada en los buenos momentos, pero también en los malos. En la primera final de Champions fue baja por tarjetas y en la segunda erró su penalti). De hecho, si no fuera por cuestiones profesionales, tiene fijada su residencia en Valencia, todo y que, casualmente, el Barcelona-Valencia de este próximo sábado lo podrá ver en directo pues ahora vive en la Ciudad Condal.

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